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José: Un ejemplo de no abandonar los sueños dados por Dios
Cuando pienso en una persona en la Biblia que ejemplifica lo que es negarse a abandonar los sueños, incluso ante circunstancias difíciles, pienso en el personaje del Antiguo Testamento, José. Era el bisnieto de Abraham y uno de los doce hijos de Jacob.
En Génesis 37, Dios le dio a José un sueño que algún día sería un líder sobre sus hermanos mayores. Cuando leemos su historia, es importante recordar que escuchó de Dios antes de escuchar el complot de sus hermanos para quitarle la vida. Soñó antes de su esclavitud y se negó a abandonar sus sueños cuando todas las pruebas apuntaban a que habían terminado y no se habían cumplido.
Dios a menudo nos da el sueño primero para ayudarnos a prepararnos con esperanza para el futuro. Los sueños sostuvieron a José durante circunstancias difíciles. Tus sueños dados por Dios también te sostendrán, sin importar lo que depare tu futuro. ¿Cómo nos mantenemos firmes en nuestros sueños, nuestra familia y nuestra fe cuando estamos en nuestra prisión, como la que experimentó José?
Primero, cuando dudamos de Dios, debemos ser honestos sobre nuestros sentimientos y preguntas. Esto nos permite avanzar hacia nuestra relación con Dios. Ocultar nuestras dudas y preguntas nos mantendrá estancados e impotentes. No alcanzaremos nuestros sueños por accidente. No terminaremos con una fe más fuerte después de los tiempos de prueba por defecto. Esta es una postura activa, una batalla.
Segundo, identifica y trata con pensamientos que sean contrarios a lo que sabemos que es cierto sobre Dios y Su plan para nuestra vida. Mientras estaba en prisión por un crimen que no cometió, José continuó creyendo que Dios tenía el control. Cuando el copero habló sobre su sueño, José respondió: “¿Acaso no es Dios quien da la interpretación?"(Gen. 40: 8). Abandonado por su familia, solo en un país extranjero y condenado injustamente a prisión, José tuvo una excusa para preguntarse si Dios estaba presente.
Dios tiene todo el derecho de remediar nuestra situación o dejar que nuestro peor miedo se convierta en realidad. Incluso si Él no responde de la manera que queremos, Dios sigue siendo bueno y está en Su trono. Nuestra responsabilidad es con nuestra fe y acciones.
Padre, ayúdame a aceptar los sueños que me das, para saber cómo protegerlos y aferrarme a la esperanza.
Acerca de este Plan
¿Qué es lo que te impide orar en grande? Al compartir su historia de las respuestas que cambian la vida de Dios a las oraciones audaces, Julia Jeffress Sadler trae el desafío de tomar a Dios en Su Palabra y verlo moverse como nunca antes. Esta semana, aprenderemos a orar con audacia y a esperar las respuestas de Dios. La verdadera rareza no está en que Dios responda grandes oraciones, sino en que oremos en grande.
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