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Persiguiendo la perfección

«Por tanto, sean perfectos, así como su Padre celestial es perfecto.» Mateo 5:48

No es gran cosa, ¿verdad? Solo tienes que ser perfecto, como el santo y justo Dios de todo el universo es perfecto.

No es gran cosa, ¿verdad?

No, no es gran cosa.

Si tuvieras que convertirte en una persona perfecta, ¿por dónde empezarías? Dios es perfecto porque no existe en Él pecado ni cosa mala alguna. No estamos hablando de la idea de perfección que tiene el mundo: la ropa perfecta, una casa perfecta, el cónyuge perfecto. Estamos hablando de algo mucho más grande. Necesitarías ser sin pecado. Nada de mentira, nada de malas palabras, nada de perder el control con los hijos ni tampoco «pedir prestada» la contraseña de Netflix de tu amigo.

Vamos a imaginar que dices: «Por supuesto, puedo hacerlo.» Y lo haces. Enderezas las cosas. Respetas el límite de velocidad. Das dinero a los pobres. Pagas tu propia cuenta de Netflix. Y haces eso durante días, luego meses y luego años.

Aún así no serías perfecto.

Está el pequeño problema de los pecados que ya has cometido. Como dice Santiago 2:10: si guardas cada ley que hay en la Palabra de Dios, pero fallas una sola vez, tienes problemas.

Así que, ¿qué haces?

En Mateo 19, un joven rico se encontró intentando ser mejor. Le preguntó a Jesús qué debía hacer para tener vida eterna. Jesús le dijo que obedeciera los mandamientos más importantes. El joven rico dijo que había guardado cada uno de esos mandamientos. Entonces, Jesús le respondió: «Si quieres ser perfecto, ve, vende lo que tienes y dáselo a los pobres, y tendrás tesoro en el cielo. Luego ven y sígueme.» Pero cuando el joven oyó esto, se fue triste, porque tenía muchas riquezas.

Jesús no le estaba diciendo al joven que ser perfecto es un plan de dos pasos. Primero, obedece los mandamientos, y segundo, regala todas tus cosas. Jesús estaba diciendo que el camino a la perfección empieza con deshacerse de cualquier cosa que impida a una persona seguirlo a Él.

Pero, ¿perfecto? ¿Cómo puede alguien ser perfecto? No es el tipo de perfección del mundo. Cuando decides seguir a Cristo, Él cubre tus pecados e imperfecciones con la muerte que sufrió en la cruz. Y a los ojos de Dios te vuelves tan perfecto como Cristo mismo.

Ora: Dios, gracias por el sacrificio perfecto de tu Hijo. Ayúdame a abandonar cualquier cosa que me esté impidiendo seguirle. En el nombre de Jesús. Amén.