Las 10 cualidades de un gran líderMuestra

8. A VECES EXPANDO MI LIDERAZGO Y A VECES LO CONTRAIGO

Me encanta la historia de Moisés con su suegro Jetro. Es una de los mayores historias de liderazgo en la Biblia. Entenderla correctamente cambiará tu perspectiva y tus paradigmas de liderazgo en el ministerio.

Moisés se sentaba a escuchar los problemas de los israelitas mientras ellos hacían cola para ser atendidos por él. Imagínate la desesperación del último de la cola, esperando con ansia el consejo para su situación personal. Esto no era algo saludable. Ni para Moisés ni para el pueblo, y Jetro le advirtió de ello. No era sano porque acabaría cansado física y emocionalmente de atender las historias de tantas personas y el pueblo se cansaría igual de esperar. La intención de Moisés era correcta, pero no la forma en la qué lo hacía. Muchas veces nuestras intenciones pueden ser buenas, pero debemos escuchar las voces que nos animan a mejorar nuestros procedimientos y nuestra forma de hacer las cosas.

Podemos tener un buen corazón pero ser ineficientes en nuestra metodología por ignorancia. Y aquí es cuando Jetro le da un gran principio de liderazgo a su yerno. El liderazgo, así como un corazón, a veces se expande y otras veces se contrae. En ocasiones Dios nos puede llevar a impactar a multitudes pero en otras debemos de minimizar el número de personas con las que estamos trabajando, descargando parte de nuestra función en ellas y creando una labor multiplicativa que se repita a través del trabajo de otros, teniendo un mayor impacto. 

El consejo de Jetro era que Moisés repartiera y delegara en otros líderes su trabajo para poder abarcar correctamente a todo el pueblo, creando capas en el liderazgo. Él solo no podría hacerlo todo. Esto es uno de los errores mas comunes en el liderazgo: pensar que somos llaneros solitarios que podemos con todo, cuando la realidad es que somos humanos, con nuestras limitaciones de tiempo, salud y capacidad. Invierte en otras personas en las que puedas delegar parte de tu trabajo. Contrae el número de personas en las que inviertes para que ellos puedan invertir en otros. Delegar no es fácil, ya que nos requiere formar durante tiempo a otros, pero el resultado será mayor aunque no lo veamos de inmediato.

¿Sientes que estás cansado y no tienes la capacidad para llegar a algunas cosas?

¿Estás invirtiendo en otros o te estás enfocando solo en lo que haces?

Oración: Señor haznos crecer en nuestra capacidad, no sólo personal, sino en la de invertir en otros. Haznos entender la necesidad de no abarcarlo todo, sino delegar en otros para tener un mayor impacto.