Epístolas de Pablo en prisión: Pablo y los filipensesMuestra

Preocupación por Pablo: Filipenses 4:18

En general, la iglesia de Filipos tenia una fuerte y cariñosa relación con el apóstol Pablo. Cuando se enteraron de sus sufrimientos en prisión, se sintieron consternados y preocupados por él. En cuanto les fue posible, demostraron su preocupación enviando un regalo para cubrir las necesidades materiales de Pablo y enviaron a Epafrodito como portador del regalo y para servirlo en prisión. Pablo mencionó este regalo en Filipenses 4:18 escribiendo la siguiente nota de agradecimiento:

Ya he recibido todo lo que necesito y aún más; tengo hasta de sobra ahora que he recibido de Epafrodito lo que me enviasteis. Es una ofrenda fragante, un sacrificio que Dios acepta con agrado. (Filipenses 4:18).

Como lo mencionamos, los filipenses no eran adinerados así que este obsequio constituía un sacrificio significativo de su parte, lo enviaron con entusiasmo porque estaban muy preocupados por el bienestar de Pablo. Como leemos en Filipenses 2:25, la iglesia de Filipos también envió a Epafrodito para cuidar a Pablo en prisión. Consideremos las palabras de Pablo:

Ahora bien, creo que es necesario enviaros de vuelta a Epafrodito … a quien vosotros habéis enviado para atenderme en mis necesidades. (Filipenses 2:25).

Aparentemente, Epafrodito también le informó sobre el temor de los filipenses de que Pablo estaba siendo perseguido por otros creyentes y que una amenaza de muerte pesaba sobre su cabeza. Y en su carta a ellos, Pablo confirmó que los filipenses habían entendido debidamente su situación, y les expresaba su agradecimiento por su preocupación. 

Por ejemplo, en Filipenses 1:15-17, admite que ciertos predicadores del evangelio le estaban causando problemas. Describió así su situación:

Es cierto que algunos predican a Cristo por envidia y rivalidad … predican a Cristo por ambición personal y no por motivos puros, creyendo que así van a aumentar las angustias que sufro en mi prisión. (Filipenses 1:15-17).

En realidad, una de las razones por la que se sintió tan apenado fue que eran pocos los creyentes de su entorno, incluyendo líderes cristianos, que verdaderamente dedicaron su corazón al ministerio del evangelio. Considera sus palabras para este hecho en Filipenses 2:21:

Pues todos los demás buscan sus propios intereses y no los de Jesucristo. (Filipenses 2:21).

Resumiendo, los filipenses tenían razón al estar preocupados por Pablo en ese momento. Los problemas de Pablo eran grandes y su apoyo era débil.

Pero los filipenses no estaban preocupados simplemente porque Pablo estaba sufriendo. Temían que él pudiera morir, ya sea por asesinato o por ejecución pública. Y esos miedos eran justificados. Los judíos intentaron asesinar a Pablo más de una vez y el crimen del que se le acusaba era castigado por pena de muerte. Así que, con profunda preocupación por el apóstol, ellos se dedicaron a orar por él. Pablo les agradece sus oraciones en Filipenses 1:19-20, con estas palabras de aliento:

Porque sé que, gracias a vuestras oraciones y a la ayuda que me da el Espíritu de Jesucristo, todo esto resultará en mi liberación. Mi ardiente anhelo y esperanza es que … ya sea que yo viva o muera, ahora como siempre, Cristo será exaltado en mi cuerpo. (Filipenses 1:19-20).

Pablo estaba agradecido por las oraciones de los filipenses y les aseguró que aún la muerte sería aceptada como una manera de liberación de su sufrimiento.