La esperanza de la NavidadMuestra

No acalles a Jesús en esta Navidad

Lee Lucas 10:41-42.

A ti y a mí nos encanta abarrotar nuestras vidas: sobrecontratamos, derrochamos y solemos ir por ahí todo el tiempo cansados. Como resultado, la verdad de Dios a menudo no tiene la oportunidad de florecer en nuestras vidas.

Con demasiada frecuencia, Dios te enseña un grano de verdad (quizás durante tu estudio matutino de la Biblia o un sermón dominical) y crees que harás algo al respecto, pero casi inmediatamente se ve relegado en tu vida y olvidado.

La verdad no es relegada por el mal, sino que muchas veces las cosas buenas de nuestras vidas desplazan a la verdad que Dios quiere plantar en nosotros. Para cumplir con el destino de Dios para tu vida, seguramente no tienes que hacer más, sino menos.

Toma como ejemplo las amigas de Jesús, María y Marta: un día lo invitaron a cenar y María se pasó toda la noche escuchándolo; Marta, en cambio, estaba ocupada ejerciendo de anfitriona y preocupándose por los aperitivos y porque todo estuviera en su lugar.

A Marta le molestó tener que hacer todo el trabajo mientras su hermana se sentaba con Jesús. «El Señor le dijo: "Mi apreciada Marta, ¡estás preocupada y tan inquieta con todos los detalles! Hay una sola cosa por la que vale la pena preocuparse. María la ha descubierto, y nadie se la quitará"» (Lucas 10:41-42 NTV).

Cuando tu vida se acaba solo importará de verdad una cosa: ¿conociste al Hijo de Dios? Los regalos extra de Navidad que hayas podido comprar por pasar largas horas en la oficina no serán importantes; todo el tiempo que inviertas preparando la comida perfecta para la celebración tampoco será importante. Sin embargo, el que inviertas tu tiempo en conocer a Jesús sí que será importante durante muchas generaciones.

Así que disfruta de la época navideña: envuelve los regalos; prepara tu hogar para las fiestas; crea recuerdos con tu familia... Pero no dejes que estas Navidades terminen sin pasar tiempo a los pies de Jesús. Mucho después de que el resto de esta Navidad se desvanezca, adorar a Jesús es lo único que perdurará de verdad.