Reconecta tu corazón: 10 días para combatir el pecadoMuestra

Dios anhela tu corazón

¿Qué es lo que busca Dios? ¿Qué es lo que quiere de nosotros? ¿Está detrás de una canción el domingo o detrás de una gran oración por la noche? Creo que todos sabemos que la respuesta es no. Dios está detrás de nuestros corazones. 

Uno de los momentos más claros en la Biblia donde aprendemos esta verdad es en Isaías. Dios describe a través de Su profeta un ataque que se avecina sobre Jerusalén. 

Sin embargo, a la gente no le importó escuchar las palabras de Isaías ni la revelación de Dios, de hecho no escucharon. Serían como una persona a la que se le da un libro, pero no puede abrirlo, o como al que se le da un libro y no puede leerlo (29:11-12). 

Entonces, ¿por qué vino este castigo? ¿Y por qué el pueblo no pudo entender las visiones y advertencias de Dios? 

Aquí es donde obtenemos una imagen clara de lo que Dios buscaba. Esta es la razón: 

”Porque este pueblo se acerca a mí con su boca, y con sus labios me honra, pero su corazón está lejos de mí” (29:13). 

Dios está castigando y cegando a Su pueblo porque están haciendo solo una demostración de religión, ya que sus corazones no están allí. Buscan a Dios, lo alaban y hablan verdad, pero Dios no tiene lo más íntimo de ellos: sus corazones. 

Dios quiere tu corazón, no tus labios. Él quiere tus sentimientos, tus pasiones, tus deseos y anhelos. Dios quiere tus anhelos. Y no estará satisfecho hasta obtenerlos. 

¿Por qué? Porque Él sabe que solo cuando lo anheles estarás deseando algo bueno. Y no solo estarás deseando el bien, sino únicamente lo que es bueno y lo que es mejor. Dios quiere tus anhelos porque quiere tu bien. 

¿Y cómo conseguirá tu corazón? ¿Y cómo planeó conseguir los corazones de Su pueblo rebelde en los días de Isaías? 

Él hará una obra maravillosa (29:14). Pero esta obra magnífica no solo es hermosa sino asombrosa. El ser castigados y juzgados, fueron las razones por las que la gente se acercaba a Dios con sus labios, pero no con su corazón. Porque su temor a Dios era falso. Era un “mandamiento de hombres” (29:13). 

Así Dios infundiría el temor verdadero en sus corazones. Esto puede escucharse cruel, pero Dios quería sus corazones. Así que se revelaría a ellos de la única manera que los cambiaría. 

Dios cambia los corazones de la misma manera hoy. Se revela de formas maravillosas. Y la forma más grande en la que se ha revelado a nosotros es en el juicio y en el castigo. Aun así, esta vez, el juicio y castigo no cayó sobre nosotros que lo merecíamos. La ira de Dios recayó sobre Jesús, quien cargó con nuestro castigo, aunque no lo merecía. 

¿Está tu corazón alejado de Dios, aunque tus labios están cerca de Él? ¿Quieres cambiar eso? ¡Contempla a Jesús! ¡Mira cómo Dios se ha revelado en ti a través de Cristo! Deja que el temor y el amor de Dios traspasen tu corazón mirando detenidamente la verdad en el Evangelio.