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Reconecta tu corazón: 10 días para combatir el pecadoMuestra

Rewire Your Heart: 10 Days To Fight Sin

DÍA 4 DE 10

El pecado no viene de la tentación

Crecí pensando que la tentación era el origen del pecado. En un día cualquiera, me ocupaba de mis asuntos y entonces la tentación cobraba vida: una chica bonita pasaba, un amigo hacía una broma sucia, una copia del examen de la próxima semana caía en mis manos. Era mi deber, en ese momento, luchar contra la tentación diciéndole que no o huyendo de ella por completo. La tentación era el enemigo. La derrota significaba pecado.

Pero el problema no es la tentación. El verdadero problema está en el corazón donde se encuentran nuestros deseos.

La tentación no puede existir si el deseo no existe primero. No puedes sentirte tentado a hacer algo que no quieres primero.

La Biblia enseña que el deseo provoca la tentación. “… Cada uno es tentado cuando sus propios malos deseos lo arrastran y seducen. Luego, cuando el deseo ha concebido, engendra el pecado; y el pecado, una vez que ha sido consumado, da a luz la muerte” (1:14–15). ¿Cuándo ocurre la tentación? Después de que los deseos nos han atraído. Las tentaciones no producen deseos, pero los deseos producen tentaciones.

La tentación no puede existir donde los deseos no existen. No puedo tentarte a comer concreto, si no hay ya algo deseoso de hacerlo dentro de ti. Como sabes que comer concreto no solo sería desagradable, sino dañino para tu cuerpo, la tentación nunca tendría éxito. De hecho, llamarlo una tentación en absoluto es un nombre inapropiado. No puedes llamar a algo una tentación que no sea tentadora en lo más mínimo. Para que la ella exista, el deseo debe existir primero.

Todo lo que la tentación puede hacer es señalar la oportunidad de satisfacer los deseos existentes. Piensa en la burla familiar ofrecida por los tentadores: “Sabes que lo quieres”. La tentación sostiene el objeto de nuestro deseo y busca hacerlo aún más deseable.

Solo cuando nos centramos en nuestros deseos internos en lugar de en nuestras tentaciones externas, abordaremos el pecado a un nivel más profundo. Solo cuando nos fijamos en lo que queremos, no tan solo en lo que hacemos, nos estaremos acercando a donde realmente tiene lugar la batalla por el pecado.

¿Y cómo se produce el cambio en este nivel más profundo? ¿Cómo se transforman los deseos de nuestro corazón? Como hemos visto a lo largo de este estudio, la única manera en que el corazón puede ser cambiado es por el Evangelio. Disfruta de Jesús, y Él cambiará tu corazón.

Solo Dios puede traer este cambio. Así que podemos seguir las palabras de Santiago más adelante en su carta: “Acérquense a Dios, y él se acercará a ustedes” (4:8).

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Acerca de este Plan

Rewire Your Heart: 10 Days To Fight Sin

Muchos cristianos creen que la única forma de luchar contra el pecado es apretar los dientes y superar la tentación. Pero no puedes luchar contra el pecado con tu mente; debes combatirlo con tu corazón. Basado en el libro Reconecta tu corazón, estos diez días muestran algunos de los versículos más importantes sobre tu corazón. Te ayudará a descubrir cómo luchar contra el pecado al permitir que el Evangelio reconecte tu corazón.

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Nos gustaría agradecer a Spoken Gospel por proveer este plan. Para más información, por favor visita: https://bit.ly/2ZjswRT