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Mente Maestra

Imagina que tienes una casa. Todos los días tomas el mismo camino desde la calle hasta la puerta, a través del patio. Conforme pasa el tiempo, un camino bien trazado marca tu césped.

Tu mente se parece mucho a ese césped.

Está misteriosamente ligada a las comunicaciones eléctricas entre las neuronas de tu cerebro. Las vías de comunicación más utilizadas se fortalecen y refuerzan.

Algunos de esos caminos te ayudan a aprender matemáticas y a reírte de los chistes. Pero otros crean cicatrices. Están conectados de cierta forma para que te cierres, reacciones con furia violenta o te vuelvas adicto a sustancias y comportamientos nocivos.

Como nuestro Creador, Dios comprende la compleja relación de nuestra mente con nuestro cerebro. Él también creó tu mente para que fuera mucho más que sistema de impulsos eléctricos del cerebro: es tu sentido del yo, tu identidad, tus recuerdos, esperanzas y sueños. Y en eso hay esperanza.

Cuando eliges seguir a Jesús, tu viejo y marcado “yo” se renueva. El Espíritu Santo de Dios te da un poder milagroso para dominar los caminos llenos de cicatrices de los que has sido esclavo.

Lo sé, porque me ha pasado. Estaba programada para aislarme cuando me sucedían cambios y situaciones sociales imprevistas. Fui esclava de la ansiedad. Me tomó años identificar las cicatrices en mi mente y darme cuenta de que no estaba condenada a recorrer el mismo camino una y otra vez.

Recibí libertad cuando confesé mi debilidad a Dios y a amigos que hablaron de la verdad de Dios. Busqué consejería, ayuda médica y busqué en la Palabra de Dios un nuevo camino a seguir. Meditaba a diario en 2 Timoteo 1:7 para demostrarme a mí misma que ya no era una esclava de la cicatriz de la ansiedad, sino que tenía dominio sobre ella.

Los desencadenantes siguen apareciendo, pero el antiguo camino es débil. Soy dueña de mi propia mente a través del poder de Jesucristo.

Tú también puedes ser el dueño de tu mente. Al leer los pasajes bíblicos de hoy, piensa en cómo has sido transformado por el Espíritu Santo. Pídele que te revele las áreas en las que todavía eres esclavo de viejas costumbres en lugar de serlo del Espíritu Santo. Ora a Dios que te muestre el nuevo camino que tiene para ti y habla con un amigo de confianza.

—Samantha, Dominando las cicatrices a través de la meditación en la verdad de Dios

Ora: Jesús, ayúdame a ver las cicatrices en mi mente, a tomar la decisión, momento a momento, de rumiar mentiras hirientes y negativas familiares. Ayúdame a tomar un camino nuevo y verdadero en mis pensamientos. Para luego tomar Tu camino una y otra vez.