Guía tu mente, guarda tu corazón y cuida tu lenguaMuestra

Dios te dio una lengua para que puedas declarar Sus grandes alabanzas en cada día de tu vida. Desde Génesis hasta Apocalipsis, es claro que fuimos creados para alabar. Fuimos creados para alzar nuestras voces en cánticos a Aquel qué nos hizo, que nos ama, y nos redimió. La alabanza es lo que trae valor y propósito a nuestras vidas. Y la alabanza tiene el poder de cambiar milagrosamente una vida común a una excepcional y significativa.

Dios se siente en casa cuando elegimos adorale sin importar lo que está pasando en las circunstancias de nuestras vidas. Quizá la razón por la que en ocasiones te has sentido lejos de Dios es que has dejado de alabarle. Cuando lo alabas, ¡Él aparece! Cuando exaltas Su nombre, Él levanta los pies y se relaja; ¡Él acampa y se queda donde tu adoración es más exaltante! Así que, mientras estés respirando, la descripción de tu trabajo a este lado del cielo es usar tu lengua como un instrumento de alabanza.

Te fue dada una la lengua no solo para alabar, adorar, animar, sino también para declarar la Palabra y la voluntad de Dios. La palabra de Dios debe tener la última palabra para cada situación durante todo el día. No debe haber una sola situación o evento en tu vida que no sea impactado por la jurisdicción de la Palabra que tienes escondida en tu corazón. ¡La Palabra de Dios hará un trabajo externo en tus circunstancias y un trabajo interno en ti! Cuando usas tu boca para declarar las promesas de Dios, cambiará la perspectiva de tu situación. Tu boca fue hecha para declarar el plan de Dios sobre la decepción y dolor humano. Tu lengua fue creada para afirmar todo lo que Dios ha dicho. No fue diseñada para ser una marioneta en una cuerda, imitando los pensamientos defectuosos y el contenido descuidado de tu corazón. En cambio fue diseñada para ser un hermoso eco de la mente perfecta y el corazón puro de Dios

Aplicación personal: Escribe algo especifico con lo que puedas elogiar o animar a los miembros de tu familia inmediata o a tus amigos cercanos y comunícaselo hoy o cuando sea el próximo momento oportuno.

¿Podrías escribirme un correo electronico hoy a carol@carolmcleodministries.com? Por favor, ¡cuéntame cómo te ha ayudado esta enseñanza y cómo puedo orar por ti! ¡Lo estaré esperando!