El Latido del Corazón de DiosMuestra

ROCA ETERNA

Isaías 26:3-4

¡Oh Dios, Tú eres la Roca Eterna! No serás conmovido; No serás movido. Pues, ¿quién es Dios, sino el Señor? ¿Y quién es una roca sino nuestro Dios? ¡Oh Santo, no hay nadie como Tú! Elijo confiar en ti para siempre. Tú eres mi roca y mi fortaleza y mi libertador, mi Dios, mi roca en quien me refugio, mi escudo, el cuerno de mi salvación, mi fortaleza. Gracias, Todopoderoso, por esconderme en Tu hendidura para que pueda ver tu gloria pasar. ¡Tú, amado Señor, eres hermoso para mí! Mantén mis ojos fijos en Ti, para que pueda alabar Tu nombre. Y cuando mi fe vacile y mi corazón desfallezca, llévame de vuelta a la roca que es más alta que yo. Porque tú eres un refugio para mí, y una torre de fortaleza contra el enemigo. Sí, yo estoy a salvo y seguro contigo. Guárdame en tu presencia para que pueda edificar mi casa sobre esta roca. Por ti, oh Dios de mi vida, no seré sacudido, no seré conmovido.

© Chris Baxter 2014  Clear Day Publishing