La ley del Reino: la ley del perdónMuestra
Los beneficios del perdón
Con el perdón vas a tener relaciones más saludables, tu carácter se va a beneficiar, vas a tener un mejor estado físico y también espiritual, vas a sentir menos hostilidad y menos ansiedad, tu tensión sanguínea será mejor. Disminuirán los síntomas de depresión así como las ganas de beber alcohol o tomar otras sustancias para «apagar» el dolor.
Si no perdonas, vas a pagar el precio de cargar continuamente con esa rabia. Esa amargura que estás cargando se va a manifestar en todas las cosas que hagas y en tus nuevas experiencias. Tu vida estará envuelta en el pasado y te va a impedir disfrutar el futuro. Vas a experimentar depresión, ansiedad, sentimientos de que tu vida no tiene sentido, que carece de propósito, y vas a perder el valor de enriquecerte al estar conectado con otros en relaciones saludables.
¿Cómo alcanzar el estado de perdón?
El perdón es el compromiso de un proceso de cambio. Hay que dejar de moverse en el rol de víctima. Esa posición nos da la excusa para ser ineficaces a futuro. Necesitamos soltar el poder y el control que la otra persona ejerce sobre nosotros. Cuando eso suceda, nuestras vidas no estarán definidas por las personas que nos hicieron daño; van a estar definidas por una nueva ley, la del perdón.
El complejo de víctima es la insistencia en que la gente nos vea a través de la lente de nuestra herida, de nuestro trauma, de lo que nos pasó; le damos a la gente la lente y les decimos: «A mí me pasó esto o aquello cuando tenía tal edad». Para que cuando nos miren, nos justifiquen.
En 1963, cuando el Ku Klux Klan estaba muy fuerte, dinamitaron una iglesia y allí murieron 4 niñas y 22 personas más resultaron heridas, todas de raza negra. ¿Cuál fue el motivo? ¿Por qué pusieron allí ese explosivo? Por odio racial. Después de esto, preguntaron a Martin Luther King si iba a seguir con un movimiento no violento ante lo que había sucedido, a lo que él respondió: «¡Desde luego! Nosotros ya perdonamos cuando en el pasado violaron a nuestras mujeres, los perdonamos cuando lincharon a nuestros hombres, y los perdonaremos cuando maten a nuestros hijos». Estaba hablando de una ley, la ley del setenta veces siete.
Los eventos dolorosos del pasado, o producen amargura, o nos ayudan a madurar. Lo que no nos envenena espiritualmente, nos puede hacer fuertes. Es nuestra decisión.
Escritura
Acerca de este Plan
En un mundo de traiciones, engaños, mentiras, estafas y decepciones, el resentimiento entre las personas es el pan de cada día. La falta de perdón está consumiendo cada vez más a las personas, llevándolas a vivir enfermas y presas de las circunstancias. Este devocional nos enseña, paso a paso, cómo dejar atrás la falta de perdón y avanzar hacia las cosas buenas que Dios ha preparado para nosotros.
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