Vampiros relacionalesMuestra
Personas hipócritas
El problema de tener problemas con la gente hipócrita es que eso es hipócrita. Piensa en ello. Jesús dijo que no sacáramos la paja del ojo ajeno teniendo una viga en el nuestro. Sin mencionar que señalar la paja del ojo de tu amigo es una buena manera de acabar con un tablero entero en el tuyo.
La palabra «hipócrita» viene de la palabra griega hupokrites, que se usaba para describir a los actores y artistas que llevaban máscaras. Suena acertado, ¿a que sí?
¿Así que, cómo combatimos la hipocresía sin montar un espectáculo?
Confrontar la hipocresía comienza por salir del escenario, quitarnos la máscara y mirarnos a nosotros mismos a los ojos. No podemos ayudar a los demás con su hipocresía si no nos encargamos primero de la nuestra. Jesús tuvo palabras realmente duras para los hipócritas religiosos, que señalaban el pecado ajeno mientras tapaban el suyo propio.
¿Cómo confrontar nuestra propia hipocresía? Empieza con una confesión. Admite tus errores. Si no sabes cuáles son, pregunta a alguien que te conozca bien. Después, confiésalos a Dios y a la gente a la que quieres. Cuando los confesamos a Dios, recibimos perdón. Cuando los confesamos a otros, Dios usa nuestras relaciones para traer sanidad. ¿Recuerdas el poder de las relaciones?
¿Cómo confrontamos la hipocresía en otras personas? Confrontamos en persona primero, con gracia, humildad y conscientes de nuestras propias deficiencias. El pastor Craig Groeschel suele decir que no confrontamos a las personas con el objetivo de tener razón; las confrontamos con el objetivo de que estén en orden con Dios. Finalmente, confrontamos con oración, sabiendo con qué facilidad el orgullo puede ponernos en la misma situación que estamos confrontando.
Las personas hipócritas, extremadamente necesitadas, críticas y controladoras pocas veces son solamente otras personas. Cuando vemos lo rotos que estamos y nos damos cuenta de que nosotros también somos esa gente, podemos darle a Jesús su sitio como Salvador, y Dios puede desatar su poder hacedor de maravillas en y a través de nuestras relaciones. Porque las relaciones son a menudo los ingredientes y recipientes del poder sanador de Dios en nuestro mundo.
¿Y ahora qué? Empieza por algún sitio. No puedes arreglar cada problema de cada relación. De hecho, no puedes arreglar ninguno; eso es trabajo de Dios. Solo escoge un sitio por el que empezar. ¿Vas a empezar con las relaciones controladoras, con las criticas, las necesitadas o las hipócritas? ¿Con quién vas a empezar? ¿A quién te tienes que confesar? Empieza por algún sitio y deja que Dios empiece a transformarte a ti, a tus relaciones, y como resultado, a tu mundo.
Ora: Dios por favor, enséñame por dónde empezar. Muéstrame los lugares rotos. Dame la fuerza para enfocarme, y la humildad para recibir tu poder sanador en mi vida. Amén.
Acerca de este Plan
Te quitan la alegría, te roban el tiempo y te aguan la fiesta. Pero hay una forma mejor de ver a las personas tóxicas. Vamos a aprender cómo sanar las relaciones que drenan nuestra vida. Prepárate para que Dios haga su trabajo dador de vida cuando empieces este nuevo plan de Life.Church que acompaña a la serie de mensajes del pastor Craig Groeschel «Vampiros relacionales»
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