¿Por qué es bueno compartir? Decilo en 60 segundosMuestra

Compartir nos ayuda a crecer 

Crecer es una palabra muy importante. Hay crecimientos saludables y otros que no son convenientes. Cuando compartimos con otros nuestra vida, podemos hacer tener dos tipos de crecimiento: el espiritual o el del egoísmo. Nuestra motivación determinará qué tipo de crecimiento elegiremos. 

Las motivaciones son el motor que impulsa nuestras acciones: primero las pensamos, luego las creemos y después accionamos. Cuando el apóstol Pablo escribió la carta a los filipenses y les dijo: “Algunos, a la verdad, predican a Cristo por envidia y contienda; pero otros, de buena voluntad. Los unos anuncian a Cristo por contención, no sinceramente, pensando añadir aflicción a mis prisiones; pero los otros por amor, sabiendo que estoy puesto para la defensa del evangelio. ¿Qué, pues? Que no obstante, de todas maneras, o por pretexto o por verdad, Cristo es  anunciado; y en esto me gozo, y me gozaré aún” (Filipenses 1:15-18).

Hay quienes intentan hacer algo bueno pero con motivaciones incorrectas. 

¿Alguna vez has escuchado a alguien jactarse de todas las obras maravillosas que ha hecho? O por el contrario, ¿te has enterado de otra persona que logra grandes cosas y no habla de ellas? 

¿Qué clase de persona te gustaría ser? La Biblia nos dice que nuestra mano izquierda no debe saber lo que hace nuestra mano derecha (Mateo  6:3). ¿Por qué? Porque las motivaciones correctas hablan por sí solas y en voz alta. 

Crecer significa avanzar, aumentar. Dios anhela nuestro crecimiento espiritual y personal, pero también conoce nuestro corazón y sabe cuáles son las motivaciones que nos controlan.

Cuando compartimos, entramos en el ciclo de dar y recibir, nos nutrimos de quienes están a nuestro alrededor, de aquellos con quienes estamos compartiendo. Cuando nuestra motivación es correcta, damos lo correcto y recibimos lo correcto. Es posible que ante un momento de dificultad, alguien nos tienda la mano, nos dé un consejo, nos ayude a salir de una situación determinada y esté compartiendo con nosotros sus fortalezas para hacernos fuertes. Parte de crecer es saber escuchar y aprender de otros, fortalecer sus áreas fuertes y buscar ayuda para los  puntos débiles. 

Compartir nos ayuda a aprender de experiencias que otros han vivido para enfrentar las propias. El texto de Proverbios 11:14 nos enseña que “Donde no hay dirección sabia, caerá el pueblo; mas en la multitud de consejeros hay seguridad”. Más allá de saber a quiénes les pedimos consejos, hay estar prestos a escucharlos. 

Revisa las motivaciones de tu corazón compartir, ya que compartir es ganar y también crecer. ¿Estás listo para crecer? Aprende a compartir. 

 Osvaldo Carnival