Principios de vidaMuestra

Cuando los Planes se Vuelven Cenizas

Principio de Vida 16: Cualquier cosa que adquieras fuera de la voluntad de Dios eventualmente se convertirá en cenizas.

El deseo más profundo presente en cada corazón humano —lo único que realmente anhelamos— es conocer a Dios.

Puede que no entiendas que el anhelo que hay en ti sea un deseo de Dios; de hecho, es posible que simplemente sientas insatisfacción con tu vida. Tal vez, la relación que querías y lograste no es todo lo que pensabas que sería. Tal vez tienes todo lo que siempre has querido y aun así atraviesas períodos de nostalgia, tristeza y soledad.

La insatisfacción, las expectativas incumplidas y los sentimientos de desaliento y soledad tienen su origen en un mismo lugar: el hambre de Dios. Hace siglos Agustín escribió: “Tú nos hiciste para Ti, y nuestro corazón permanece sin reposo hasta que descanse en Ti”. Una vez que nos satisfacemos con la presencia de Dios, requerimos mucho menos de lo que el mundo tiene para ofrecer. Y a medida que entramos en una relación con el Señor, Él promete revelarnos más de Sí mismo a medida que tengamos comunión con Él.

Cuando desarrollas tu relación con Dios y descubres más acerca de Su carácter santo, Él ilumina tu corazón y tu mente, dándote un mayor deseo de conocerlo más íntimamente, dejando atrás tus deseos carnales en el proceso. Tus deseos mundanos simplemente no pueden compararse con la comodidad, el gozo y la satisfacción que Dios te ofrece. Más bien, ves que las cosas que adquieres fuera de Su voluntad se convierten en cenizas, mientras que las bendiciones que Él te da perduran y satisfacen tu alma.

Y así aprendemos de nuevo que, mientras que adquirir cualquier cosa fuera de Su voluntad acaba por decepcionarnos, Él nos colma de "placeres eternos" verdaderamente satisfactorios. (Sal. 16:11).