Si Dios me ama, ¿por qué perdí mi empleo?Muestra
El silencio es una respuesta
¿Te has preguntado alguna vez por qué Jesús, cuando se enteró de que Su querido amigo Lázaro estaba gravemente enfermo, esperó dos días antes de ir a estar con él? Aunque el retraso de Jesús parecía inexplicable, al menos desde el punto de vista de las hermanas de Lázaro que solicitaban su presencia. Él sería "glorificado" por ello. Jesús no respondió inmediatamente a su petición, y el resultado final reveló que era realmente el Mesías, el Hijo de Dios.
En otras palabras, “silencio” fue Su respuesta. Sí, la respuesta. Ese silencio se convirtió en una asombrosa demostración de liberación de una situación que María, Marta y sus vecinos nunca habían sabido que era posible: la resurrección de una persona que había muerto.
Esta es la conexión con los que estamos en un viaje de transición. Cuando estamos sin trabajo pedimos continuamente a Dios que responda nuestra oración por una nueva oportunidad profesional. Como el Rey David en los tiempos bíblicos, gritamos: “Ten misericordia de mí, Señor, porque yo estoy debilitado... Mi alma está muy turbada. ¿Hasta cuándo, Señor, hasta cuándo?” (Salmos 6:2,3). Nos preguntamos cuánto tiempo pasará antes de que consigamos un empleo, principalmente porque suponemos que un nuevo trabajo es la única respuesta posible a nuestra oración.
Es más, creemos que todo lo que no sea conseguir un trabajo significa que el Señor está ignorando nuestra oración. Estamos tentados a creer que nos ha abandonado si nuestra oración no es respondida con un nuevo empleo. ¿No se da cuenta Dios de que tengo miedo? ¿Que necesito dinero? ¿Que necesito autoestima? ¿Que necesito reconstruir mi sentido de autoestima?
De hecho, Dios se da cuenta de mucho más que eso. Él es muy consciente de nuestras necesidades, pero Su deseo es que nos acerquemos más a Él, que confiemos en Él, que experimentemos el maravilloso sentimiento de satisfacción que proviene de caminar más cerca de Él. El hecho que Jesús no dejara todo y se apresurara a socorrer a María y Marta demuestra que Dios no opera según nuestro tiempo. Está claro que debemos actuar según Su tiempo. Ese nuevo trabajo llegará en el día exacto y en el momento exacto que Él ha planeado para nosotros, y ni un minuto de preocupación cambiará esto.
Podemos hacer los tratos que queramos con Dios, podemos prometer ser todo lo que Él quiera que seamos, cuando consigamos ese nuevo empleo. Pero el Señor nos conoce mejor que nosotros mismos. Él sabe que una vez que consigamos ese nuevo empleo, volveremos al modo de trabajo y Él volverá a ocupar el asiento de atrás. Es decir, hasta que lo necesitemos otra vez.
Es cierto que podemos tener miedo; podemos estar inseguros de nosotros mismos y de nuestras capacidades. Es posible que nos sintamos rechazados, ignorados y avergonzados, sin haber escuchado más que el silencio del Señor en respuesta a nuestras oraciones. Si ese es tu caso, te animo a que te tomes este tiempo para saber que Él es Dios (ver Salmos 46:10; 100:3). El silencio es algunas veces Su respuesta. ¿Por qué? Porque quiere que pasemos más tiempo trabajando en nuestra relación con Él.
¿Por qué no tomar un momento ahora mismo para alabar al Señor por Su silencio? Alábale por la oportunidad de acercarte a Él. Disfruta del placer de Su estrecha compañía mientras tienes tiempo de desarrollar ese hábito de intimidad. Disfruta de la gloria de Su silencio. Reclínate y siente Su presencia. Es la paz.
Escritura
Acerca de este Plan
Si eres una de las millones de personas cuya carrera está pasando por un cambio, lo más probable es que estás desanimado por lo difícil que es encontrar trabajo. Práctica e inspiracional, cada lectura diaria te ayudará a encontrar crecimiento personal con Dios en esta época de transición. Del libro de Rick Pritikin's del mismo título, este Plan de 7 días te ayudará a enfocarte y a encontrar significado.
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