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JOB 42:1-14

JOB 42:1-14 DHHE

Yo sé que tú lo puedes todo y no hay nada que no puedas realizar. ¿Quién soy yo para dudar de tu providencia, mostrando así mi ignorancia? Yo estaba hablando de cosas que no entiendo, cosas tan maravillosas que no las puedo comprender. Tú me dijiste: “Escucha, que quiero hablarte; respóndeme a estas preguntas.” Hasta ahora, solo de oídas te conocía, pero ahora te veo con mis propios ojos. Por eso me retracto arrepentido y sentado en polvo y ceniza. Después que el Señor dijo estas cosas a Job, dijo también a Elifaz: “Mi ira se encendió contra ti y tus dos amigos, porque no dijisteis la verdad acerca de mí, como hizo mi siervo Job. Tomad ahora siete toros y siete carneros e id a ver a mi siervo Job, y ofrecedlos como holocausto por vosotros. Mi siervo Job orará por vosotros, y yo aceptaré su oración y no os haré ningún daño, aunque os lo merecéis por no haber dicho la verdad acerca de mí, como hizo mi siervo Job.” Elifaz, Bildad y Sofar fueron e hicieron lo que el Señor les ordenó, y el Señor aceptó la oración de Job. Después que Job oró por sus amigos, Dios le devolvió su prosperidad anterior, y aun le dio dos veces más de lo que antes tenía. Entonces fueron a visitarle todos sus hermanos, hermanas y amigos, y todos sus antiguos conocidos, y en su compañía celebraron un banquete en su casa. Le expresaron sus condolencias y le consolaron por todas las calamidades que el Señor le había enviado, y cada uno de ellos le dio una cantidad de dinero y un anillo de oro. Dios bendijo a Job en sus últimos años más abundantemente aún que en los años anteriores. Llegó a tener catorce mil ovejas, seis mil camellos, mil yuntas de bueyes y mil asnas. También tuvo catorce hijos y tres hijas. A la mayor la llamó Jemimá; a la segunda, Quesiá, y a la tercera, Queren-hapuc.

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