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JOB 42:1-14

JOB 42:1-14 RV2020

Respondió Job al Señor: Yo reconozco que todo lo puedes y que no hay pensamiento que te sea oculto. «¿Quién es el que, falto de entendimiento, oscurece el consejo?». Así hablaba yo, y nada entendía; eran cosas demasiado maravillosas para mí, que yo no comprendía. Escucha, te ruego, y hablaré. Te preguntaré y tú me enseñarás. De oídas te conocía, pero ahora mis ojos te ven. Por eso, me retracto de lo dicho, y me humillo hasta el polvo y las cenizas. Cuando el Señor terminó de decir esto a Job, le dijo a Elifaz el temanita: «Mi ira se ha encendido contra ti y tus dos compañeros porque no habéis hablado de mí como hay que hablar, al contrario de como lo ha hecho mi siervo Job. Ahora, pues, tomad siete becerros y siete carneros, id a mi siervo Job y ofreced holocausto por vosotros. Mi siervo Job intercederá por vosotros, yo le haré caso y no os trataré como merece vuestra audacia, por no haber hablado de mí como hay que hablar, al contrario de como lo ha hecho mi siervo Job». Fueron, pues, Elifaz el temanita, Bildad el suhita y Zofar el naamatita, e hicieron como el Señor les había dicho. Y el Señor aceptó la oración de Job. Cuando Job hubo orado por sus amigos, el Señor le quitó la aflicción; y aumentó al doble todas las cosas que habían sido suyas. Todos sus hermanos, todas sus hermanas y todos los que antes lo habían conocido, fueron a su casa y celebraron con él un banquete. Se lamentaron y lo consolaron de la desgracia que el Señor le había enviado, y cada uno le dio una moneda de plata y un anillo de oro. El Señor bendijo a Job al final de su vida más aún que al principio, porque llegó a tener catorce mil ovejas, seis mil camellos, mil yuntas de bueyes y mil asnas. También tuvo siete hijos y tres hijas. A la primera le puso por nombre Jemima; a la segunda, Cesia, y a la tercera, Keren-hapuc.

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