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JUAN 7

7
Jesús es presionado por sus hermanos
1Un tiempo después, Jesús recorría Galilea. Prefería evitar Judea y Jerusalén, pues los judíos lo buscaban para asesinarlo.
2Se acercaba otra de las fiestas de peregrinación importante de los judíos, la Fiesta de los Tabernáculos. 3Sus hermanos#ἀδελφοὶ (adelfoí), sustantivo masculino, caso nominativo, plural, traduce: hermanos. Término que también se usa como adjetivo calificativo. En el versículo realiza la función de sustantivo. El nominativo ἀδελφὸς (adelfós) traduce: hermano de sangre, compañero de tribu, primo hermano, amigo íntimo, familiar lejano, compatriota. Debido a las diversas traducciones que tiene la palabra ἀδελφὸς (adelfós), el versículo al utilizarla en relación con Jesús, no la usa estrictamente para decir que Jesús tenía hermanos de sangre, es decir, no se puede indicar que el texto esté afirmando que tenía hermanos, pero tampoco se puede negar que tenía una familia compuesta por madre y hermanos. le aconsejaron:
– Ve a Judea. Demuestra allí las mismas señales que haces en Galilea y ganarás fama.
4Nadie que busca reconocimiento actúa en secreto; lo hace en público para que todos lo vean.
5Ya que ni siquiera sus hermanos creían en Él.
6Entonces, Jesús les respondió:
– No me presionen, mi tiempo aún no ha llegado, no me impongan su tiempo.
7El mundo no puede odiarlos, pero a mí sí me odia, porque he denunciado y testificado la maldad que hay en el mundo.
8Ustedes vayan a Jerusalén para que celebren la fiesta; yo no subo todavía porque mi tiempo no ha llegado.
9Habiendo dicho esto, se quedó en Galilea.
Jesús en la fiesta de los Tabernáculos
10Sus hermanos subieron a la fiesta, poco tiempo después Él también subió, pero permaneció escondido.
11Los judíos lo buscaban en la fiesta, y decían:
– ¿Dónde está Jesús?
12Había mucha controversia sobre Jesús entre la multitud; algunos decían:
– Ese hombre es bueno.
Pero otros decían:
– Ese hombre engaña a la gente.
13Pero nadie se atrevía hablar abiertamente acerca de Jesús, por miedo a los judíos.
14Jesús subió a Jerusalén cuando la fiesta estaba en la mitad de su celebración, y enseñaba en el templo; 15los judíos se asombraban por la calidad de su enseñanza y decían:
– ¿Cómo es que tiene tanto conocimiento sin haber estudiado?
16Jesús respondió:
– Mi enseñanza no viene por iniciativa propia, sino que proviene del que me envió. 17Si alguien desea hacer la voluntad de Dios, entonces conocerá que la enseñanza que les doy es de Dios, y que no procede de mi propia voluntad. 18El que habla de sí mismo, busca su propia gloria y éxito, pero el que busca la gloria y el éxito del que lo envió, es verdadero y no habita ningún tipo de injusticia en él. 19¿Acaso Moisés no les dio la ley? ¿Y por qué ninguno de ustedes cumple con la ley? ¿Por qué me quieren matar?
20Respondió la gente:
– Tienes un demonio; ¿quién es el que quiere asesinarte?
21Jesús les dijo:
– Hice un milagro y todos ustedes se maravillaron. 22Sin embargo, Moisés les dio la circuncisión, (aunque, realmente la circuncisión no viene de Moisés, sino de los patriarcas del Antiguo Testamento), y ustedes circuncidan a los hombres incluso en el sábado. 23Si practican ustedes la circuncisión en el sábado con el propósito de no quebrantar la ley de Moisés, ¿por qué se enojan conmigo cuando sano a un hombre en el sábado? 24No juzguen según las apariencias, sino a través de un juicio justo.
¿Es Jesús el Mesías?
25Algunos de Jerusalén decían:
– ¿No es este el hombre a quién buscan para asesinarlo? 26Miren, abiertamente habla, y nadie se opone; ¿acaso los gobernantes aceptaron que este es el Mesías? 27Pero nosotros sabemos de dónde viene este hombre; no obstante, cuando venga el verdadero Mesías, nadie conocerá su lugar de origen.
28Jesús alzó su voz en el templo mientras enseñaba y dijo:
– A mí me conocen y saben de dónde vengo; pero realmente no he venido por mi propia iniciativa, sino por la iniciativa del que me envió, ya que es verdadero, y ustedes no lo conocen, 29yo sí lo conozco, porque yo soy parte de Él, y Él me envió.
30Entonces intentaron arrestarlo, pero nadie puso su mano sobre Él, pues aún no había llegado su hora.
31Muchos de la multitud creyeron en Él, y decían:
– Cuando venga el Mesías, ¿acaso él hará más señales que este hombre?
Los fariseos tratan de arrestar a Jesús
32Los fariseos escucharon lo que la gente decía sobre lo que enseñaba y hacía Jesús, entonces junto con los sacerdotes jefes, enviaron la policía del templo con el objetivo de arrestarlo.
33En ese momento, Jesús les dijo:
– Por poco tiempo estaré con ustedes, e iré con aquel que me envió; 34me buscarán y no me encontrarán, a donde yo voy, ustedes no podrán ir.
35Los judíos comentaban entre sí:
– ¿A dónde irá este que no lo podremos encontrar? ¿Acaso irá a enseñar a los judíos de la diáspora que están entre los griegos? 36¿Qué significan estas palabras que Él dijo: “Me buscarán y no me encontrarán, a donde yo voy, ustedes no podrán venir”?
Ríos de agua viva
37En el último día de la fiesta, el más importante, Jesús se puso de pie y alzó su voz diciendo:
– Si alguno tiene sed, venga a mí y beba. 38El que crea en mí, como dicen las Escrituras Sagradas:
“Ríos de agua viva fluirán y correrán de su interior”#Hace referencia a Zac. 14:8..
39Jesús dijo esto refiriéndose al Espíritu Santo, que sería recibido por todos los que creyeran en Él; porque aún no había sido derramado el Espíritu, pues Jesús todavía no había sido glorificado.
La gente discute sobre Jesús
40Entonces, algunas personas de la multitud, escuchando estas palabras decían:
– Este es el profeta verdadero.
41Otros decían:
– Este es el Mesías.
Pero otros objetaban:
– ¿Acaso el Mesías viene de Galilea?
42Continuaban diciendo:
– ¿No dice la Escritura: “Qué del linaje de David y del pueblo de Belén viene el Mesías”#Hace referencia a Mi. 5:2.?
43Y hubo división entre la gente por causa de Jesús.
44Algunos lo querían arrestar, pero nadie se atrevió.
Los judíos se niegan a creer
45La policía del templo llegó donde estaban los fariseos y los sacerdotes jefes, ellos le dijeron:
– ¿Por qué no arrestaron a Jesús?
46La policía del templo respondió:
– ¡Nunca ningún hombre ha hablado así!
47Los fariseos contestaron:
– ¿Acaso ustedes también han sido engañados? 48¿Acaso los gobernantes y fariseos han creído en Él?
49Pero esta gente que no conoce la ley es maldita.
50Nicodemo, el que vino de noche a encontrar a Jesús, dijo a los fariseos, ya que era uno de ellos:
51– ¿Acaso nuestra ley juzga a un hombre sin escucharlo primero o sin siquiera haber conocido lo que Él hace?
52Los fariseos le interpelaron:
– ¿Eres tú también de Galilea? Investiga y descubrirás que de Galilea no ha salido ningún profeta.
53Y se fueron cada uno para su casa.

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JUAN 7: TCB

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