Goliat Debe CaerSample
LA IRA DEBE CAER
En la historia de David y Goliat no vemos mucha ira en la actitud de David. Lo que sí vemos es mucha gente airada alrededor de él. Entre esa gente, como ya hemos visto, estaba su hermano mayor, el cual «se puso furioso con él» (1 Samuel 17:28). Eliab habría debido apoyar a David cuando este llegó al frente de batalla. Pero la ira que llevaba en el corazón llevaba algún tiempo ardiendo, esperando la oportunidad para estallar. Y eso hizo: estalló.
La ira no es forzosamente algo incorrecto en sí misma. La Biblia revela que hay un tiempo para airarnos y un tiempo para expresar correctamente nuestra ira (lee Santiago 1:19). Hasta el mismo Jesús sintió ira en algunas ocasiones (lee Marcos 3:5). Sin embargo, la ira se convierte en un gigante cuando se abre paso en la vida y se queda hirviendo bajo la superficie, de la misma forma en que la de Eliab hervía en su interior.
Una manera de saber que esto te está sucediendo es ver si te sientes airado ante algo que nunca sucedió. Tal vez pienses que un amigo hizo algo en tu contra, pero en realidad nunca lo hizo. Fue incorrecto que sintieras esa ira. O tal vez tengas una razón genuina para estar airado, pero expresas tu ira de una manera indebida. Como le sucedió a Eliab, tu ira acumulada estalla y les haces daño a los demás. O quizá hayas sentido ira con razón, pero no hayas sabido expresarla. Reprimir la ira es algo que presenta riesgos inmensos para la salud y en realidad es una de las cosas más destructoras que podrías hacer.
Entonces, ¿cómo puedes vencer a este gigante que se llama ira? ¿Cómo experimentas la victoria que Jesús ya ganó sobre ella? Todo comienza por reconocer que los cambios que perduran raras veces nos llegan de manera instantánea. Con mayor frecuencia, Dios va transformando tu vida poco a poco. La clave para un cambio real en tu vida espiritual está en llenarte continuamente de cuanta fe te sea posible, y conectarte continuamente con lo que Jesús está haciendo dentro de ti. Lee la Palabra de Dios y sustituye tu ira con las verdades que encuentres allí. Reemplaza las conversaciones airadas que te están pasando por la mente, con oraciones por las personas que te hayan hecho algún mal. Sintonízate con la voluntad de Dios e invita a Jesús para que reine de manera absoluta en tu corazón.
En este aspecto ayuda que te recuerdes a ti mismo que no eres perfecto. Dios te perdonó para que ahora tú puedas perdonar a los demás. Dios hizo las paces contigo por medio de Jesús en la cruz, de manera que cuando te sientas airado, puedas acudir de inmediato a la cruz. Comprende que Dios es tu vengador, y que Él te ha liberado para que puedas hacer las paces con los demás. Reconoce que lo hecho por Él a tu favor es mayor que todo cuanto alguien pudiera hacer en tu contra. Por el poder de Cristo puedes perdonar a aquellos con los cuales estés airado… y liberar el dolor que te ha estado envenenando la vida.
También es importante que recuerdes que eres hijo de Dios. Recuerda esta realidad todos los días. Tal vez otros te hayan rechazado y te hayan hecho sentir que eres insignificante, pero ante los ojos de Dios, tú eres amado, estás seguro, libre de peligros e importante. Haz que la voz de Jesús te hable por encima de las otras voces que estén tratando de hacerse oír en tu vida.
A fin de cuentas, hacer caer al gigante de la ira tiene que ver en realidad con soltar el control de las cosas. Por eso, haz como David y céntrate en Dios en lugar de centrarte en la gente que te haya hecho algún daño. Cuando lo hagas, quedarás en libertad para avanzar en el poder de Dios y hacer lo que Él te ha llamado a hacer.
Responde
¿Cuál dirías que es una forma saludable de manejar tu ira? ¿Cuál es la forma en que sueles manejar tu ira por lo general? (Observa que si nunca te sientes airado, ¡esa es una forma de enfrentarte a la ira!)
¿Con qué grado de facilidad perdonas? ¿Hay personas a las que se te hace difícil perdonar? ¿Por qué?
¿Qué te ayuda a saber que eres un hijo amado de Dios? ¿Qué significa pensar en Dios como tu vengador? ¿Cómo te ayuda el no guardar rencores contra alguna otra persona?
Scripture
About this Plan
Es probable que tengas en tu vida un gigante que te esté manteniendo cautivo, intimidándote y robándote el gozo. Los adversarios como el temor, el rechazo, la comodidad, la ira y la adicción se proclaman con derecho y, antes que te des cuenta, se hacen fuertes en tu corazón. En este plan de lecturas para siete días, Louie Giglio examina la historia de David y Goliat para mostrarnos de qué manera pueden caer esos gigantes: si nosotros nos enfocamos en el tamaño de nuestro Dios, y no en la altura de nuestros gigantes, y caminamos en la victoria que Jesús ya nos ganó.
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