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Imitadores de Dios: Devociones para Niños del Ministerio Tiempo de GraciaSample

Imitadores de Dios: Devociones para Niños del Ministerio Tiempo de Gracia

DAY 23 OF 33

Tú obtienes la victoria Apuesto a que has pasado varias horas en Chuck E. Cheese (¿a quién no le gustan la pizza y juegos?) La parte favorita de muchos niños es agarrar las montañas de billetes e ir corriendo al mostrador para reclamar los premios. Siempre me siento un poco mal por el que sólo obtiene un puñado de billetes, porque no es bueno en Skee-Ball. Termina con la baratija más pequeña y la rompe inevitablemente en el regreso a casa. Me pregunto si sabes cómo se siente ese niño. Puede ser que no tengas la misma cantidad de talentos o habilidades que otros niños y pienses que no hay premio para ti. Bueno, si nosotros hacemos las reglas, así es como va a terminar el juego. Pero Dios cambió las reglas, él sabía que nunca podríamos ser capaces de ganar los premios para ir al cielo; por eso envió a Jesús para jugar por nosotros. Jesús vino, fue tentado como nosotros, pero vivió una vida perfecta. Después llevó tus pecados a una cruz y murió, los sepultó con él. Cuando resucitó, derrotó a Satanás. Dios te da todos los billetes que están saliendo de la máquina, y te dice: “Ve a mi mesa de premios; el cielo te está esperando”. Me encanta que lleguemos a decir: “Gracias sean dadas a Dios, que nos da la victoria por medio de nuestro Señor Jesucristo” (1 Corintios 15:57).Tú obtienes la victoria Apuesto a que has pasado varias horas en Chuck E. Cheese (¿a quién no le gustan la pizza y juegos?) La parte favorita de muchos niños es agarrar las montañas de billetes e ir corriendo al mostrador para reclamar los premios. Siempre me siento un poco mal por el que sólo obtiene un puñado de billetes, porque no es bueno en Skee-Ball. Termina con la baratija más pequeña y la rompe inevitablemente en el regreso a casa. Me pregunto si sabes cómo se siente ese niño. Puede ser que no tengas la misma cantidad de talentos o habilidades que otros niños y pienses que no hay premio para ti. Bueno, si nosotros hacemos las reglas, así es como va a terminar el juego. Pero Dios cambió las reglas, él sabía que nunca podríamos ser capaces de ganar los premios para ir al cielo; por eso envió a Jesús para jugar por nosotros. Jesús vino, fue tentado como nosotros, pero vivió una vida perfecta. Después llevó tus pecados a una cruz y murió, los sepultó con él. Cuando resucitó, derrotó a Satanás. Dios te da todos los billetes que están saliendo de la máquina, y te dice: “Ve a mi mesa de premios; el cielo te está esperando”. Me encanta que lleguemos a decir: “Gracias sean dadas a Dios, que nos da la victoria por medio de nuestro Señor Jesucristo” (1 Corintios 15:57).
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