Anticipación De La Gloria VenideraSample

REVELACIONES QUE CAMBIAN EL ROSTRO Y EL CORAZÓN

IDEAS BÁSICAS

• Jesús se prepara mediante la oración para la parte final de su misión, la ofrenda del sacrificio para expiar los pecados del mundo. Lleva consigo a tres de sus discípulos más cercanos.

• Mientras oraba, tanto su rostro como sus ropas cambiaron, tomando una apariencia celestial y radiante, y Moisés y Elías vinieron a animar a Jesús sobre lo que estaba por venir. Mientras tanto, los discípulos dormían.

• Al despertar, los discípulos se sienten abrumados por este momento de gloria y quieren conservarlo.

• La declaración del Padre Celestial es una confirmación y un estímulo tanto para Jesús como para los discípulos.

El episodio del cambio de rostro representa para los discípulos una revelación de la gloria del Reino de Dios. También Jesús, en su próxima pasión, necesita este mensaje del Reino, enviado a través de sus dos mensajeros especiales, Elías y Moisés. El efecto de esta revelación de la gloria es notable tanto en Jesús como en los discípulos. En ausencia de la presencia del Espíritu Santo en sus vidas, los discípulos relacionan este episodio divino, totalmente especial en la vida de Jesús, con el suyo, naturalmente humano. Así, mientras Jesús oraba en el nivel de la presencia de la gloria divina, de modo que su rostro y sus vestidos resplandecían, los discípulos dormían. Cuando los tres discípulos despiertan, Moisés y Elías, cubiertos por una nube, regresaban al cielo, y quedan sobrecogidos por el poderoso efecto de la Gloria divina. La reacción inmediata de Pedro es preservar ese momento de gloria. Además del aliento dado a través de los dos mensajeros, otra cosa importante fue la declaración de Dios sobre su Hijo:

“ESTE ES MI HIJO AMADO, ¡OBEDECEDLE!”

Esta declaración fue para Jesús una confirmación de que el Padre del Cielo está contento con la forma en que ha cumplido su misión hasta ahora y un estímulo para la parte difícil que le espera. La declaración del Padre es también para los discípulos: “obedecedle” y seguramente estas palabras resonaron en el corazón de los tres hasta su partida a la eternidad. Necesitamos vigilancia y oración, y en momentos especiales de nuestra vida, el Padre Celestial nos fortalecerá y alentará incluso mediante gloriosas revelaciones procedentes directamente del Reino. Como Jesús, nosotros, sus discípulos, también estamos “en misión del Reino” en este mundo que nos es hostil. De vez en cuando, necesitamos que nuestro Padre nos anime y confirman que Su atención y Su presencia están con nosotros. Los cristianos de hoy siguen recibiendo revelaciones de la gloria del Reino.