Dirección Para La VidaSample
Implicaciones de obrar “En el nombre del Señor Jesús”
Tener como motivación y referencia al Señor en todo lo que hacemos tiene implicaciones terrenales y eternas para nuestras vidas.
- Implica que reconocemos que Jesús es nuestro Señor, Maestro, Jefe. Trabajamos en primera instancia para Dios a quien tendremos que rendirle cuentas, y no sólo para los hombres. Esta declaración subraya el señorío de Cristo sobre cada aspecto de nuestras vidas (trabajo, familia, comunidad, iglesia, etc.). Al reconocer a Cristo como nuestro Jefe supremo, nos sometemos a su autoridad y alineamos nuestras prioridades con su voluntad. Esta sujeción es un acto de adoración, al reconocer que nuestras vidas no nos pertenecen, sino que pertenecen al Señor.
- Si hacemos las cosas “En el nombre del Señor Jesús”, necesitamos hacerlas de corazón, con sinceridad, integridad, pasión, calidad. La frase hacedlo de corazón (psyche), que también traduce alma o vida, nos habla del compromiso, fuerza, dedicación y esmero con el que debemos hacer las cosas porque son para el Señor. Cuando nos conectamos con nuestro corazón y dejamos que Él guíe nuestras acciones, estamos impulsados por valores profundos y un sentido de propósito más allá de las motivaciones superficiales.
- Tarde o temprano tendremos que rendir cuenta a Dios de lo que hagamos. El versículo 3:24 nos recuerda la recompensa eterna: "Sabiendo que recibirán del Señor la herencia como recompensa". Esta herencia no es una posesión material, sino la vida eterna y las bendiciones prometidas a los que están en Cristo. La seguridad de esta recompensa divina proporciona una poderosa motivación para que los creyentes perseveren en su trabajo y lo hagan con excelencia. Mientras vivimos y trabajamos en este mundo, nuestra esperanza y recompensa última están en la vida venidera. Esta perspectiva eterna nos ayuda a soportar dificultades y desafíos, sabiendo que nuestro trabajo en el Señor no es en vano (1 Corintios 15:58). La promesa en este pasaje es también significativa: “del Señor recibiréis la recompensa de la herencia”. Esto nos asegura que Dios aprecia y valora nuestros esfuerzos y nos recompensará, aunque los hombres no lo hagan. Es también un recordatorio de que nuestro servicio tiene un propósito eterno y de que servimos a un Señor que es justo y generoso.
Scripture
About this Plan
“Todo lo que hagáis, hacedlo de corazón, como para el Señor y no para los hombres”. Podemos obrar (trabajar, servir) para obtener reconocimiento o recompensa en el mundo, o para recibir la aprobación de Dios. Las normas del mundo son la competencia, la avaricia, el deseo de aclamación; pero la norma de Dios es la integridad, el amor y la verdad. Cuando nuestra motivación es obrar para agradar a Dios, para su gloria, entonces nuestras acciones tienen otro significado, y adquieren una dimensión trascendente.
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