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Encuentra tu primer amor

DAY 2 OF 3

Vuelve a su Palabra: desarrolla tu sed y tu hambre

El amor es tan increíble que a veces logra quitar el apetito, incluso de los más golosos.

La hormona responsable de esto se llama feniletilamina. Producida en el momento del enamoramiento, reduce el apetito y nuestra necesidad de consolarnos comiendo tentempiés.

Espiritualmente, es lo contrario, nuestro amor por Dios desarrolla un hambre por su palabra y una sed del Espíritu Santo.

"No solo de pan vive el hombre, sino de toda palabra que sale de la boca de Dios" (Mateo 4.4 NVI).

En el último día, el más solemne de la fiesta, Jesús se puso de pie y exclamó: —¡Si alguno tiene sed, que venga a mí y beba! De aquel que cree en mí, como dicela Escritura, de su interior brotarán ríos de agua viva. Con esto se refería al Espíritu que habrían de recibir más tarde los que creyeran en Él (Juan 7:37-39).

Naturalmente, el hambre desaparece cuando comemos. La sed se apaga cuando bebemos.

Es la sed la que nos impulsa a beber. Es el hambre lo que nos impulsa a comer.

Espiritualmente, es lo contrario. Comenzamos por alimentarnos de la Palabra de Dios por fe, porque creemos que es la Palabra de Dios, y esto aumenta nuestra hambre de sus revelaciones. Comenzamos por beber de las aguas vivas del Espíritu Santo y esto aumenta nuestra sed de estar en comunión con Él.

Para volver a tu primer amor, vuelve a alimentarte de la Palabra de Dios, sin esperar a tener ganas. Hazlo por fe y tu hambre se desarrollará.

Oremos juntos:

Señor, reconozco que necesito alimentarme de tu Palabra y que al descuidarla he debilitado mi espíritu. Decido volver a tu Palabra para que sostenga mi espíritu y renueve mis pensamientos. En el nombre de Jesús, amén.

David Théry
Enseñanzas prácticas para experimentar a Dios

Scripture

Day 1Day 3

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Encuentra tu primer amor

Se puede consagrarse al Señor, servirlo, aunque se haya perdido el primer amor. El amor por el Señor, el primer amor, es una pasión devoradora por su presencia, un profundo deseo de desarrollar nuestra comunión con Él. Si tu corazón se ha enfriado, primero comprende que un fuego debe ser alimentado para no extinguirse. La buena noticia es que puede ser avivado.

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