El Fuego De DiosSample
¿Sabías que no todas las llaman arden? Quizás te preguntes cómo es esto posible, si todo fuego quema. Es lo que muchos creemos y no necesariamente el fuego, por el hecho de ser fuego, va a arder. Sí, puede quemar, porque todo fuego llega a quemar, pero no necesariamente a arder. En esta tercera instancia del plan, nos confrontaremos delante de Dios para conocer el fuego de nuestro interior y en qué estado está.
A un joven Timoteo, el apóstol Pablo le aconsejó que vuelva a avivar el fuego de Dios que se encontraba dentro de él (2 Timoteo 1:6). Es muy importante evidenciar que somos responsables de avivar el fuego del Espíritu Santo en nosotros, esto es muy importante de comprender, pues tenemos la responsabilidad de mantener la pasión del primer amor encendido. No podemos permitir que se nos acabe la pasión, debemos mantener el fuego encendido.
En el libro de Lucas, tenemos el relato de dos discípulos de Jesús que conversaron con Él, sin darse cuenta de que era Jesús, pues la muerte era la idea y la realidad que ellos vivían, junto a la incertidumbre de la noticia sobre la desaparición del cuerpo de Jesús. No obstante, al hablarles la palabra, sus corazones ardían y fue así como identificaron con quién hablaban: era Jesús, ¡Jesús resucitado! (Lucas 24:13-35).
¿Cómo crees que se encuentra tu relación con Jesús y tu pasión por Dios? ¿Cómo consideras que se encuentra el fuego del Espíritu Santo en ti?¿Está ardiendo dentro de ti o está pronto a que se apague? Si crees que Dios te ha hablado a través de este plan y necesita volver a encenderte por Dios, puedes repetir estas palabras y hacer una oración genuina en tu corazón:
Padre celestial, me acerco en el nombre de Jesucristo, tu hijo. Me acerco para pedirte un avivamiento en mi interior.
Soy responsable de avivar mi pasión y es por esto que me comprometo a buscar tu rostro intensamente hasta que tu Espíritu encienda mi corazón por ti.
¡Amen!
Scripture
About this Plan
El gran propósito de Dios es alcanzar al mundo. En su corazón se encuentran las almas y Él nos ha entregado los medios para cumplir con aquella misión. Él nos ha dado al Espíritu Santo, quien nos reviste de su poder para propagar esta gran pasión que tenemos por Jesús.
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