Firmes en La Roca De Nuestra SalvaciónSample
“Por tanto, es necesario que con más diligencia atendamos a las cosas que hemos oído, no sea que nos deslicemos. Porque si la palabra dicha por medio de los ángeles fue firme, y toda transgresión y desobediencia recibió justa retribución, ¿cómo escaparemos nosotros si descuidamos una salvación tan grande?” (Heb. 2:1-3).
Con el correr de los años, he llegado a pensar que solo hay una cosa que temo por encima de todas, y es pensar que mi obstinado corazón me pueda alejar de Cristo. Me estremezco ante la idea de que podría llegar a ser “tibio”, por no decir perezoso espiritualmente o negligente, al ir dejando a un lado las sanas disciplinas espirituales de orar y buscar la Palabra de Dios.
La Biblia advierte claramente que es posible que fieles creyentes se alejen de Cristo y ofrece advertencias poderosas acerca de cómo evitar quedarse dormidos en medio de la jornada, como les sucedió a las diez vírgenes que no velaron y se quedaron dormidas pronto. Nuestro texto del día nos advierte que es necesario, con más diligencia, atender y atesorar las cosas que hemos oído de Dios, no sea que nos deslicemos o quedemos atrás (énfasis del autor).
Hay ejemplos bíblicos de iglesias y personas que fueron fuertes en la fe, pero con el correr del tiempo terminaron alejándose o, peor aún, enfriándose. En Apocalipsis, leemos de la iglesia de Éfeso que afligió a Cristo al alejarse de su primer amor. Igualmente, la iglesia de Laodicea se fue volviendo tibia, y la iglesia en Sardis murió espiritualmente. Pablo advierte a los creyentes en Gálatas que se habían alejado de la victoria de la cruz de Cristo y se habían vuelto a las obras de la carne, por no decir a los placeres del mundo.
Pablo dice: "Mirad, pues, con diligencia cómo andéis, no como necios sino como sabios, aprovechando bien el tiempo, porque los días son malos.” (Efesios 5:15-16).
Pablo también nos apura y sacude al decirnos: “Estamos viviendo tiempos muy importantes, y ustedes han vivido como si estuvieran dormidos. ¡Ya es hora de que despierten!” (Romanos 13:11).
Él agrega que algunos creyentes “ya han dejado de confiar en Cristo, y ahora obedecen a Satanás.” (1 Timoteo 5:15). Cada uno de estos pasajes no está dirigido a incrédulos, sino a los cristianos llenos del Espíritu Santo. Y el mensaje es claro: “¡Despierta de tu sueño! ¡Aviva tu don!".
Pablo dice que debemos considerar el ejemplo de Israel, que se había deslizado al fango del descuido: “…La gente se sentó a comer y a beber, y luego se puso a bailar… Por eso, que nadie se sienta seguro de que no va a pecar, pues puede ser el primero en hacerlo" (1 Corintios 10:7, 12).
Por favor, querido lector, no me malinterpretes: Pablo no habla aquí acerca de caer de Cristo, sino de una caída en la diligencia. Pedro también nos advierte: “Queridos amigos, con esto quedan advertidos. Así que cuídense mucho, no sea que los engañe la gente malvada y ustedes dejen de creer firmemente en Dios” (2 Pedro 3:17).
Esto indica que es un tema al cual debemos prestarle mucha atención.
¡Medita en esto!
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Con el correr de los años, he llegado a pensar que solo hay una cosa que temo por encima de todas, y es el pensar que mi obstinado corazón me pueda alejar de Cristo. Me estremezco ante la noción que podría llegar a ser “tibio” por no decir perezoso espiritualmente o negligente, al ir dejando a un lado las sanas disciplinas espirituales de orar y buscar la Palabra de Dios.
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