La Guerra Espiritual Para Una Vida De Intimidad Con DiosSample

¿Cómo deshacerte del espíritu de intimidación o temor? Orando y ayunando. El ayuno es el recurso bíblico para recobrar la libertad y salir airoso de las garras de la depresión. Dios otorgó tanto a Josafat como a Elías grandes victorias. El manto de angustia que estaba sobre ellos se transformó en sublime alabanza. Lo mismo ha de suceder contigo. Basta ya de vivir en prisiones de temor y oscuridad. Las disciplinas espirituales de la oración, el ayuno y la meditación de la Palabra de Dios son poderosas herramientas para romper con el poder de las tinieblas y las mentiras de Satanás.

El ayuno es, además, el método de Dios para conquistar territorios que están bajo el dominio del enemigo. Cualquier área de tu vida o cualesquiera personas que estén bajo el dominio de Satanás pueden ser libres si oras y ayunas. Jesús ayunó cuarenta días para recuperar la autoridad que el diablo tenía sobre el ser humano: “El diablo lo llevó a un lugar alto y le mostró... todos los reinos del mundo. — Sobre estos reinos... — le dijo —, te daré la autoridad, porque a mí me ha sido entregada, y puedo dársela a quien yo quiera...”, Lucas 4:5-6 (NVI). ¿Quién le entregó a Satanás la autoridad? Adán y Eva. ¿Cómo obtuvieron esa autoridad? Dios se la había dado, Génesis 1:28. Adán y Eva ostentaban la autoridad sobre todo lo creado en la tierra. Al pecar, entregaron su autoridad al diablo. Jesús recuperó esa autoridad: “Dios le dio a Cristo dominio sobre todos los espíritus que tienen poder y autoridad, y sobre todo lo que existe en este mundo y en el nuevo mundo que vendrá”, Efesios 1:21 (TLA). Y esa autoridad la tienen hoy los cristianos nacidos de nuevo: “Aun estando nosotros muertos en pecados, nos dio vida juntamente con Cristo y juntamente con él nos resucitó, y... nos hizo sentar en los lugares celestiales con Cristo Jesús”, Efesios 2:5-6. Cristo está sentado en los lugares celestiales (Efesios 1:20) y tiene dominio sobre todo lo que existe, sea material o espiritual (Efesios 1:21-22). Y, si nosotros estamos sentados con Él en los lugares celestiales estamos también sobre todo dominio, principado y poder. ¡Esta es la posición del creyente! Sentado con Cristo por encima de todo.