Acompañar A Un Ser Querido En La AdicciónSample
REFUGIO Y FORTALEZA
Mientras el pueblo de Dios viajaba durante cuarenta años por el desierto-sin hogar en una tierra hostil-, su vida giraba en torno al tabernáculo: una sencilla tienda llena de la presencia de Dios. De día, una nube se cernía sobre él. Por la noche, el fuego brillaba dentro de la nube para que pudieran verla. Si se movía, se movían. Si no, se quedaban quietos.
¿Qué sostenía al pueblo de Dios en el desierto? Dios mismo. Mientras caminaban por el desierto, Él caminaba con ellos. Cuando se despertaban cada mañana, les proporcionaba maná para alimentarlos, día a día.
Acompañar a un ser querido en el viaje a través de la adicción es indescriptiblemente duro. No es la primera elección de nadie. Requiere paciencia, compasión, gracia, fortaleza, amor y esperanza en la forma y capacidad que sólo Dios puede proporcionar. Intentar el viaje con tus propias fuerzas es una locura. Como los israelitas, debemos permanecer cerca de Dios, recurriendo a los recursos que encontramos en su presencia.
Hoy, al comenzar este plan juntos, deja que esta verdad fundamental te anime. No estás solo. Dios está contigo: Padre, Hijo y Espíritu Santo. Él siempre será tu ayuda en los problemas. Él escucha tu clamor. Se preocupa por tu sufrimiento. Él empatiza contigo, habiendo experimentado por sí mismo las oscuras profundidades del dolor y la pena humana. Por supuesto, Dios ama a tu ser querido - ¡más de lo que podrías imaginar! - pero también te ama a ti.
Mientras caminas con un ser querido a través de la adicción, un día a la vez, deja que Dios mismo sea tu refugio y fortaleza. ¡No tienes que cargar esto solo! Ven ante su trono de gracia con confianza. Entrégale tu corazón. A Él le encanta oír tu voz.
Que las palabras de este gran himno te animen hoy:
Oh, Dios eterno, Tu misericordia Ni una sombra de duda tendrá, Tu compasión y bondad nunca fallan, Y por los siglos el mismo serás.
Tú me perdonas,
Me impartes el gozo
Tierno me guías
Por sendas de paz,
Eres mi fuerza Mi fe y mi reposo,
Y por los siglos Mi Padre serás
¡Oh tu fidelidad!,
¡Oh tu fidelidad!,
Cada momento
La veo en mi
Nada me falta
Pues todo provees,
¡Grande Señor
Es tu fidelidad!
About this Plan
La adicción afecta a una de cada cinco personas. ¿Cómo ayudamos a nuestros seres queridos y nos cuidamos a nosotros mismos? En los próximos cinco días, reflexionaremos sobre este viaje, explorando el camino del pueblo de Dios desde la esclavitud en Egipto hasta la libertad en la tierra prometida.
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