El Dios de lo extraordinarioSample

El Dios de oportunidades.

Cuando Dios creó la tierra, también creó un hermoso jardín, donde había una gran cantidad de árboles frutales y también una gran cantidad de hermosos animales de todas las especies que cohabitaban sin ningún problema entre ellos. Y Dios puso a Adán y a Eva, para que cuidaran aquel precioso jardín. Adán y Eva tenían el gran privilegio de ver a Dios, cara a cara y poder conversar con Dios, en cualquier momento. Dios les dijo a ellos que podían disfrutar de todas las cosas que estaban plantadas en el jardín. Eso sí, Dios les advirtió que no podían tocar, y mucho menos comer, del fruto de un árbol que había en el jardín. ¡Dios fue muy enfático con ellos de las consecuencias que tendrían si no acataban aquella advertencia! Parecía que todo iba bien hasta que un día Adán y Eva comenzaron a escuchar a un mal consejero que los visitó en el jardín, y les dijo que todo lo que Dios les había dicho sobre aquel fruto eran mentira, que ellos sí podían disfrutar de aquel delicioso fruto sin ninguna consecuencia. <<Peligro luz roja de advertencia>> Adán y Eva hicieron caso omiso de la advertencia de Dios y comieron del fruto, y ahí comenzaron los problemas de la humanidad, hasta el día de hoy. El hombre culpó a la mujer, la mujer por su parte culpó al mal consejero y como resultado, Dios los tuvo que sacar del bello jardín y lo más triste del caso, perdieron el gran privilegio de estar en la presencia de Dios.

Pero aquí viene algo que debemos de resaltar de ¡este Dios extraordinario! A pesar de que Adán y Eva le habían fallado a Dios, Él no los destruye. Dios cubre su vergüenza y los viste con unas pieles de animales que Él mismo confeccionó para ellos y les da la oportunidad que puedan tener hijos e hijas y que cultiven la tierra para su sustento. Claro está, como todo pecado, tiene sus consecuencias y ellos tuvieron que afrontarlas por el resto de sus vidas. Debemos tener muy en claro que este no era el propósito de Dios. Dios lo que quería era compartir siempre con Adán y Eva.

Oración:

En este día te quiero dar las gracias, mi amado Dios, por tantas bendiciones, que has derramado sobre mi vida y las muchas veces que has perdonado mis pecados y saber que en muchas ocasiones tú por medio del Espírito Santo me has advertido y aun así he ignorado tales advertencias y he tenido que pasar por momentos muy dolorosos en mi vida. Pero una vez más fue más tu amor y tu misericordia y me has dado una nueva oportunidad de enmendar mis errores. Es por esa razón que te pido una vez más que me tomes fuerte de mi mano para no perder el rumbo de mi vida y así estar siempre bajo tu bella protección. Todo esto te lo pido en el nombre poderoso de tu Hijo Amado, nuestro Señor Jesucristo, amén.