Desbloquea Tus DecisionesSample

Tu ahora ⏳

¿Alguna vez has estado en una sala de cirugía? Si no, seguramente has visto una película o serie que muestra el ambiente que la rodea. Hay mucho temor y tensión en el aire. Incluso en procedimientos sencillos como la extracción de un molar, los profesionales están obligados a declarar los posibles riesgos, desde dolor e inflamación hasta la lesión de un nervio, fractura mandibular e infecciones de urgencia vital.

¿Qué pensarías si hoy te dicen que deben realizarte un trasplante de corazón? ¡Wow! Eso sí que es otro nivel. Supongamos que te dicen que hay algo que está funcionando muy mal en tu corazón y si quieres seguir viviendo con normalidad, debes someterte a esta cirugía que tiene riesgos muy altos, pero de no hacerlo, los riesgos serían mucho mayores ¿Qué harías?

Al antiguo Israel le dieron un diagnóstico de urgencia: ¡Necesitan un trasplante! El pueblo de Dios había abandonado los mandatos del Señor, viviendo sus propios caminos y satisfaciendo sus propios deseos. Esto, con el tiempo, había desencadenado una afección cardíaca que el Señor llama: "Corazón de piedra", esa incapacidad para obedecer y responder con fe al Señor.

Por eso el Señor, su cirujano, les promete:"Les daré un nuevo corazón y derramaré un espíritu nuevo entre ustedes; quitaré ese corazón de piedra que ahora tienen y les pondré un corazón de carne. Infundiré mi Espíritu en ustedes y haré que sigan mis estatutos y obedezcan mis leyes" (Ezequiel 36:26-27)

El resultado de ese trasplante sería una nueva actitud hacia la ley: seguirla y obedecerla. Este nuevo corazón que el Señor les promete será uno de carne, sensible, que no se resiste, irrigado por la presencia de un Espíritu nuevo que cumple la función de traer vida.

Hemos revisado que nuestras decisiones determinan nuestro destino, que Dios nos entrega una brújula para guiarnos en ese camino que se construye día a día y que, muchas veces, las decisiones que tomamos son el reflejo de lo que hay en nuestro corazón. Por eso, hay una lucha interna entre hacer lo que sabemos que es correcto, bueno y justo, y lo que nos aparta de este camino.

Al igual que el pueblo de Israel, ¡tú también necesitas un nuevo corazón! Es decir, que Dios opere en ti y te dé la voluntad para obedecerlo, te dé una actitud sumisa y humilde. ¿Cómo se logra esto? Por medio del Evangelio y la gracia. Es por medio de Cristo que puedes entrar en una nueva relación con el Padre, experimentar un nuevo nacimiento y así poder resistir la tendencia a ocuparte solo de tus cosas y buscar tus propios intereses egoístas.

Por eso, la decisión más importante de "tu ahora" no es la ropa que usas, si irás o no a esa fiesta, si le confiesas los sentimientos a la niña que te gusta, si tomas o no ese curso que quieres, si pasas al siguiente nivel en tu videojuego preferido. Tu decisión más importante es darle el control de tu vida a Jesús y dejar que Él opere en ti un cambio de corazón.

Pablo, un líder muy importante en el Nuevo Testamento, dijo: "Pues Dios trabaja en ustedes y les da el deseo y el poder para que hagan lo que a él le agrada" (Filipenses 2:13)

Deja que Cristo, por medio de su Evangelio y gracia, trabaje en tu corazón. Dile que opere en ti una cirugía de corazón abierto y que quite de ti el corazón de piedra y te dé uno de carne, sensible y obediente a Él. Los riesgos de esta cirugía son el dolor de someter tu voluntad, el negarte a cosas que deseas, o tal vez abandonar la pereza y levantarte de una vez de ese sillón. Sin embargo, si decides no someterte a la cirugía los riesgos pueden ser, no cumplir con tu propósito en la tierra, desaciertos en tus decisiones, con la consecuencia de estar en un constante dolor y frustración, y en últimas estar separado de tu Padre.

La sala de cirugía está abierta y un nuevo corazón espera por ti ¿Qué decisión tomarás? 🎯✝️🩺

Por: Margarita Orozco, Creadora de contenido de Conectar Global

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