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Raíces

DAY 10 OF 12

EL FRUTO: MANSEDUMBRE

Antes que nada, ora a Dios y pídele que te hable por medio de este devocional, que te enseñe sus verdades, y que use este medio para bendecir tu vida, para que te hable y siembre en tu corazón una palabra de vida que va a crecer y fortalecerse con el tiempo por medio de su palabra.

“Mas el fruto del Espíritu es amor, gozo, paz, paciencia, benignidad, bondad, fe, mansedumbre, templanza; contra tales cosas no hay ley” ( (Gálatas 5:22-23).

MANSEDUMBRE

La palabra mansedumbre tiene el significado de “docilidad”. Viene del latín mansuetudo: Cualidad de manso. La palabra “manso” viene del latín “mansuetus” es decir “manso, domesticado”. “Mansuetos” está compuesta de “man” que significa “mano” y “suetus” que quiere decir “acostumbrado”, por lo que etimológicamente “mansuetus” significaría “acostumbrado a la mano”.

Salmo 139:5

A mi este concepto de mansedumbre me hace pensar en algunos animales. En un tiempo de mi vida tuve un perro, llamado Floki. Era manso, apacible, se dejaba acariciar por todas las personas, y a nadie le ladraba. Rara vez vi a ese perro enojado, de hecho, solo recuerdo una ocasión que viene a mi mente y fue defendiéndose de otro perro que se vino contra él. Tiempo después de la muerte de Floki adoptamos otro perro, Obi, y este cuando creció tomó un carácter totalmente distinto al de Floki, le ladra a muchas personas, incluso les recomendamos a las personas no acariciarlo porque ha querido morder a algunos. Fue muy nervioso desde cachorro, siempre le tuvo miedo a las personas y como que desconfiaba de ellas. Conforme creció, desarrolló un sistema de defensa de ladrar y morder.

Podemos pensar en estos dos perros como una forma de identificarnos. Podemos ser apacibles, las personas se pueden acercar a nosotros y mantener una relación de confianza mutua y entrar en contacto con nosotros, o podemos ser desconfiados y cualquier cosita nos puede alterar a “ladrar”, es decir insultar y alejar a las personas, o incluso “morder”, lastimar a las personas. Dios quiere que desarrollemos mansedumbre. Ser mansos como Jesús, de modo que la palma de la mano de Dios repose sobre nosotros, con confianza de que no nos revelaremos contra Él.

Isaías 53:7

Si tomamos a Jesús, creo que lo más esencial para desarrollar esa mansedumbre es cultivar una relación de confianza mutua con Dios. Una relación íntima con nuestro Padre a base de oración, lectura de la palabra, meditación en ella, y servicio a los demás. De modo que caminemos como Jesús por esta vida.

1 Pedro 2:23-25

Jesús dejaba todo a manos de Dios, que siempre juzga con justicia. En todo momento Jesús se sometió a la voluntad del Padre, confiaba 100% en la mano de Dios. Y estaba acostumbrado a la mano de Dios, pues sabía que esa mano era digna de confianza. Entender el cuidado que tiene esa mano sobre nosotros, nos llevará a tomar confianza en Él.

Salmo 139:2

En lugar de buscar imponer nuestros planes, enfoquémonos en confiar en Dios y someternos a los suyos, los cuales incluyen una vida de servicio hacia los demás. Como la tuvo Jesús. Tomar su yugo y caminar como Jesús. Cuando entendemos esta verdad, llevar el yugo con Jesús y llevar esa carga, se vuelve fácil, porque es con Jesús que caminamos.

Mateo 11:29

El yugo, es este instrumento de madera que le ponen a los bueyes en la cabeza o cuello, para cargar algo en una carreta que va detrás de ellos. Escuché en una ocasión decir que siempre hay un buey viejo que tiene fuerza y vigor. Este modela y enseña al segundo buey, el buey joven. Aquí Jesús está ofreciéndose como el buey viejo, dejándonos a nosotros el puesto de buey joven, para aprender de su caminar, y llevar con Él la carga que al final es ligera al lado de Jesús.

Al aprender de su mansedumbre, e imitarlo en el día a día, nos marca una forma de vivir humilde, sirviendo a los demás, llevando el yugo con nosotros. No se aferró a su divinidad eterna, si no que vino a este mundo y se hizo semejante a nosotros, para servirnos.

Filipenses 2:5-7
Comprendiendo todo esto, la mejor postura que podemos tomar es de total y plena confianza en Dios, quien nos guía a nosotros por el camino, cargando con el yugo junto a Jesús. Teniendo mucha humildad, sabiendo que Jesús es mayor a todos nosotros, y aprendiendo de Él. Acostumbrados a la mano de Dios, que nos lleva por el camino correcto.

Jeremías 26:14
Desarrollemos esa mansedumbre que nos hace humildes de corazón como Jesús. Entendiendo que no hay nada ni nadie que tenga mayor conocimiento que nuestro Padre. Que sabe incluso lo que no hemos dicho, un pensamiento nuestro, Él lo sabe antes de que llegue a nosotros. Sabe cada detalle de nosotros, su inmensa omnisciencia es incomprensible para nuestra mente finita.

Salmo 139:1-6

Te invitamos a escuchar "139" de TODOS PARA UNO y reflexionar sobre lo que acabas de leer.

VERSÍCULO PARA MEMORIZAR

“Señor, examina y reconoce mi corazón: pon a prueba cada uno de mis pensamientos. Así verás si voy por mal camino, y me guiarás por el camino eterno" (Salmo 139:23-24).

Day 9Day 11

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