Cómo superar la falta de perdónSample
Lo que no es el perdón
Un error de identidad puede tener graves repercusiones. Cualquiera que haya sido condenado injustamente por un error de identidad puede decirte que las atribuciones erróneas tienen un alto precio. A menudo, el perdón se sabotea, se complica o se descarta por completo debido a una identidad errónea. Cuando pensamos que el perdón es algo que no es, cuando confundimos su identidad, llegamos a conclusiones erróneas. Para evitarlo, veamos qué es y qué no es el perdón.
Jesús nos da una gran imagen del perdón en Mateo 18. Cuenta una parábola sobre un hombre que tiene una gran deuda con su rey. La deuda es demasiado grande para que el hombre pueda pagarla. El rey se compadece de él, borra la deuda y cubre él mismo el gasto. Libera al hombre del peso de lo que le debe. Cuando alguien peca contra ti, es como si te hubiera tomado algo que hay que devolverle. El perdón entrega la deuda a Dios para que sea Él quien la resuelva con ellos.
Lo que no dice la parábola de Jesús es que el rey abrió inmediatamente otra línea de crédito para este hombre, permitiéndole acumular más deuda para que el rey la perdonara una y otra vez. Por supuesto, esta continuación imaginaria de la historia se desmorona cuando consideramos la gracia y la misericordia interminables de Dios hacia nosotros cuando fallamos. Pero la cuestión es que el perdón no da a la gente un pase libre para continuar con su mal comportamiento. El perdón de Dios nos reconcilia con Él. Para recibir ese perdón, debemos arrepentirnos y permitir que Dios cambie nuestros corazones y nuestras vidas. Del mismo modo, cuando perdonamos a alguien que ha pecado contra nosotros, puede que necesitemos un cambio para mantener una relación con esa persona. Si alguien sigue pecando contra ti sin arrepentirse ni intentar cambiar, reconsidera tu relación con él. Puedes perdonarle amorosamente mientras mantienes sabiamente una distancia (relacional) con él. Jesús hizo esto en Lucas 23:9-11 cuando Herodes le reprendió con preguntas y se negó a entablar conversación con él.
Puede que hayas oído el término «perdonar y olvidar», pero no es un concepto bíblico. A veces, para estar a salvo del abuso y las malas intenciones de personas malsanas y manipuladoras, tenemos que perdonar y recordar. Esto nos ayuda a mantener límites sanos con personas que, de otro modo, tomarían ventaja de la gracia que les extendimos. Si olvidamos y actuamos como si nunca hubiera pasado nada, sin darnos cuenta les damos permiso para que sigan comportándose mal con nosotros.
El perdón es algo realmente hermoso y poderoso. No dejes que un concepto inexacto del perdón te impida vivir todo lo que realmente es.
Pensamiento del día: El perdón de Dios me enseña cómo es el verdadero arrepentimiento y la reconciliación. Al perdonar, también procuraré sabiamente mantener relaciones correctas con quienes estén dispuestos a reconciliarse y cambiar, y reevaluaré las relaciones con quienes no lo estén.
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En este mundo quebrantado estamos expuestos al dolor. Lamentablemente, ese dolor suele ser consecuencia de las acciones de otras personas. Estamos llamados a perdonar a esas personas, pero es más fácil decirlo que hacerlo. Entonces, ¿cómo superamos la falta de perdón? Este devocional examina la ardua, pero necesaria, labor del perdón y nos invita a pasar del dolor a la plenitud.
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