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El Primer Paso Al PecadoSample

El Primer Paso Al Pecado

DAY 2 OF 6

Nadie Cae Por “Casualidad”

El pecado no se manifiesta en una persona de forma casual. El primer ejemplo claro lo encontramos en el libro de Génesis, cuando Adán y Eva comieron del fruto prohibido. No fue que Eva se levantó un día y repentinamente lo comió. Dice la Palabra: “Y vio la mujer que el árbol era bueno para comer, y que era agradable a los ojos, y árbol codiciable para alcanzar la sabiduría; y tomó de su fruto, y comió” (Génesis 3:6). Es decir, antes de comer del fruto prohibido, lo vió y lo codició.

Cada persona tiene una debilidad y cada quien debería saber cuál es. Si aún no lo has descubierto… deberías. Una debilidad es algo en lo que particularmente somos muy propensos a ceder… caemos muy fácilmente. Cada quien tiene una debilidad diferente, es decir, hay cosas que quizás para ti sean difíciles de controlar. Mientras que otras personas no tengan esa debilidad en particular, pero quizás sean débiles en algo en lo que tú no tienes problema.

Por eso mismo, cuando flaqueas en alguna parte de tu vida, evita a toda costa someterte a situaciones que pongan a prueba esa debilidad en particular… A la larga muy seguramente terminarás pecando.

Es decir, si eres propenso al alcohol o las drogas, evita compañías o lugares en donde se utilice. Si has sido una persona promiscua, evita, a toda costa, cualquier insinuación que pueda provocarte al sexo, como situaciones a solas, conversaciones íntimas, o de doble sentido, ver películas subidas de tono, escuchar música con contenido sexual, o cosas por el estilo. Dice la Palabra: “Vestíos del Señor Jesucristo, y no proveáis para los deseos de la carne” (Romanos 13:14). Proveer para los deseos de la carne es alimentar a tus deseos, cualesquiera que fueran, porque tarde o temprano, querrás saciar esos deseos.

Cuando te encuentres en una situación así: HUYE POR TU VIDA. Córtale las alas a ese impulso que por naturaleza llevas; desde muy temprano, cuando aún no puede volar, porque si dejas que vuele, difícilmente lo detendrás.

Un ejemplo claro lo vemos en José, cuando la esposa de Potifar intentó seducirlo: “Y ella lo asió por su ropa, diciendo: duerme conmigo. Entonces él dejó su ropa en las manos de ella, y huyó y salió” (Génesis 39:12). Hazte la siguiente pregunta ¿Qué crees que hubiera pasado si José, en vez de salir huyendo sin ropa, se hubiera quedado esperando a que la mujer continuara endulzándole el oído?

Como bien dice la Palabra: “¿Andará el hombre sobre brasas sin que sus pies se quemen?” (Proverbios 6:28).

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El Primer Paso Al Pecado

Existe una frase que dice “Un viaje de mil millas comienza con un primer paso”. Cada viaje que emprendemos en esta vida siempre comienza con un primer paso. De ahí, la importancia de cuidar nuestros pasos, pues si nos equivocamos, puede que, a la larga, el destino final no sea aquello que esperábamos.

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