40 Días de AdoraciónSample

Creo que es parte de la naturaleza humana notar rápidamente nuestras debilidades y fracasos. Hay un lugar para eso, por supuesto, porque siempre debemos tratar de mejorar. Pero con demasiada frecuencia, esas debilidades pueden convertirse en etiquetas y límites que nos impiden entrar en el llamado de Dios. Cuando olvidamos enfocarnos en la fortaleza de Dios, nuestras debilidades ganan demasiado poder sobre nosotros. Por eso, la simple oración “Jesús, te necesito” es tan necesaria. Es un recordatorio de que nuestras limitaciones no tienen la última palabra. Dios sí la tiene.

El Apóstol Pablo entendió esto. Estaba luchando con algo que lo afectaba mucho, y escribió lo siguiente:

“En tres ocasiones distintas, le supliqué al Señor que me la quitara. Cada vez él me dijo: “Mi gracia es todo lo que necesitas; mi poder actúa mejor en la debilidad”. Así que ahora me alegra jactarme de mis debilidades, para que el poder de Cristo pueda actuar a través de mí. Es por esto que me deleito en mis debilidades, y en los insultos, en privaciones, persecuciones y dificultades que sufro por Cristo. Pues, cuando soy débil, entonces soy fuerte” 2 Corintios 12:8–10.

Observa cómo Dios ve las debilidades y limitaciones de manera diferente a como tú podrías hacerlo. Son oportunidades para que su fuerza resplandezca, para que su poder se manifieste y para que su gloria sea vista. Esto no es cierto solo para Pablo, sino también para ti y para mí. Tus debilidades no tienen la última palabra en lo que Dios puede o no puede hacer a través de ti.

¿Qué tan grandes son tus fracasos y limitaciones en tu mente? ¿Te causan tanta vergüenza o miedo que piensas que es imposible continuar? ¿Estás tan enfocado en tus debilidades que no puedes ver la fuerza de Dios que te rodea y te capacita? ¡He estado allí más veces de las que puedo recordar!

Cada día, Dios te coloca en situaciones específicas y significativas para llevar a cabo su voluntad perfecta. Tus mañanas con el Señor sirven como un tiempo de preparación donde puedes recibir su amor, coraje y valentía. El resto del día se convierte en una oportunidad para manifestar su reino en la tierra mientras te embarcas en las tareas que Él tiene para ti. Eres sus manos y pies, y las tareas que Él te encomienda a menudo requerirán coraje y valentía porque están más allá de tus habilidades naturales.

Recuerda que es Dios quien te llama a estas tareas, y Él te ayuda a llevarlas a cabo. Al confiar en Dios y permitirle satisfacer tus necesidades, tus limitaciones se convierten en oportunidades para que su fuerza resplandezca.

Preguntas para Reflexionar

1. ¿Puedes pensar en una situación en la que parecía que Dios estaba utilizando tus circunstancias desafiantes para cumplir propósitos positivos? ¿Cuál fue tu respuesta?
2. ¿De qué maneras la certeza de que Dios te da valor y valentía te inspira a entrar en Sus propósitos, incluso cuando es desafiante?
3. ¿Puedes recordar un momento en el que tus propias debilidades permitieron que las fortalezas de Dios brillaran? ¿Cómo cambió esto tu perspectiva?