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“Una Revelación Bíblica Saca a Mike Singletary de la Depresión Post-Campeonato” 

Super Bowl XX (26 de enero, 1986): Osos de Chicago 46, Patriotas de Nueva Inglaterra 10

Durante la temporada de 1985, los Osos de Chicago capturaron la imaginación de los aficionados al fútbol americano por todo el país, mientras dominaban a sus oponentes camino hacia un récord casi perfecto de 15 partidos ganados contra 1 perdido. Con interesantes e igualmente talentosas figuras como Jim McMahon, Walter Payton, William “El Refrigerador” Perry, Buddy Ryan, y Mike Ditka, nadie podía parar la histórica e inevitable elevación de la franquicia a la gloria de la NFL.

En el Super Bowl XX, los novatos Patriotas de Nueva Inglaterra no fueron rivales para el poder ofensivo y la excelente defensa de los Osos. En uno de los juegos de campeonato más disparejos, Chicago salió con una victoria convincente de 46-10.

El anclaje de la fuerte defensiva de los Osos era Mike Singletary o “Samurai Mike,” como los compañeros de equipo y aficionados lo llamaban. Posiblemente uno de los mejores apoyadores defensives que han jugado, Singletary terminó su carrera siendo ocho veces un All-Pro, nueve veces seleccionado All-NFC, 10 veces seleccionado Pro Bowl, y dos veces Jugador Defensivo del Año. Después fue introducido al Salón de la Fama del Futbol Profesional.

Singletary también fue uno de los competidores más intensos de la NFL y se le conoció por su icónica e intimidante mirada sobre toda la línea de ‘scrimmage’. 

Pero varios meses después de lograr su sueño de ganar el título de Super Bowl, Singletary no entendía porque no era feliz. A pesar de experimentar la mejor temporada de su carrera profesional, estaba frustrado, enojado y depresivo. Requirió una investigación intensa de su alma y un mensaje bíblico para ayudar a que la estrella de la NFL saliera adelante. 

“En ese momento yo estaba tibio,” dijo Singletary. “Era un cristiano cuando estaba con Cristianos y era alguien diferente en el campo de fútbol. El Señor me llamaba y me mostró quien era yo. Dios decía, ‘Debes caminar conmigo o alejarte de mí’”. 

La revelación de Singletary fue inspirada por el mensaje del Apóstol Juan a los primeros cristianos de la iglesia en Laodicea, ciudad ubicada actualmente al oeste de Turquía. La iglesia allí había crecido complaciente y había perdido su pasión por predicar el evangelio.

“Conozco tus obras; sé que no eres ni frío ni caliente. ¡Ojalá fueras lo uno o lo otro! Y, como eres tibio, ni caliente ni frío, estoy por escupirte fuera  de mi boca.” (Apocalipsis 3:15-16)

Desde ese momento en adelante, Singletary tomó la decisión de ser más comprometido con su fe Cristiana. 

“Acepté ese desafío,” explicó. “Comencé a verme y reconocí que era un hipócrita que juzgaba mucho, era muy superficial y tenía que lidiar con esas cosas. Tenía que hablar con mi esposa. Tenía que hablar con mi padre y pasar por todo ese proceso del perdón y en realidad entrar en contacto con lo feo de mi vida. Pero al comenzar a hacer eso, el Señor y yo hicimos un trato. Le di mi fealdad a cambio de su integridad y belleza y todas las cosas que Él creó en mí.”