El Regalo de la SalvaciónSample
Prepárate
En un reportaje de una meteoróloga sobre los huracanes, ella dijo algo muy cierto: “Vivir en la isla de Puerto Rico es vivir con los huracanes”. Todo el que vive en esta isla sabe que estamos expuestos a esos disturbios atmosféricos cada año y que tiene que prepararse para la eventualidad de que alguno nos impacte. Cada vez que llega el mes de junio escuchamos una y otra vez las advertencias para que llevemos a cabo nuestros planes de emergencia. Muchos lo hacen, preparan sus casas, compran suministros y están atentos a las noticias y a los boletines del tiempo. Otros, ni les importa y prefieren poner manos a la obra cuando ya es inminente el paso del disturbio por la Isla.
Nuestra vida en este mundo algún día llegará a su fin. Todos lo sabemos, pero pocos se preparan para ese momento, pensando que falta mucho para eso, que son jóvenes o que tienen salud. Creo que es muy importante tener un plan funeral para cuando eso suceda, pero mucho más importante es habernos preparado de antemano para el momento que partamos de este mundo hacia la eternidad.
La decisión más trascendental de tu vida tienes que tomarla mientras estés vivo, de ello dependerá el lugar de tu eternidad.
Prepárate ahora para ese momento, toma la decisión de aceptar a Jesucristo como tu Señor y Salvador, y sigue Su camino. No tengas temor ni pienses que no eres digno de Su amor. Ven tal como estás, Él es un experto en hacer nuevas todas las cosas. No es con tu fuerza, es con las Suyas. Acepta Su sacrificio en la cruz por ti y vivirás la eternidad junto a Él.
Oración: Gracias Señor por dar Tu preciosa vida por mí. Gracias porque por medio de ese sacrificio me limpiaste de mis pecados, me redimiste y me hiciste heredero de una vida para siempre Contigo. Quiero serte fiel. Afianza mis pasos y ayúdame a hacer Tu perfecta voluntad. Escribe mi nombre en el Libro de la Vida para gozarme por toda la eternidad en Tu presencia. Gracias, mi Señor. En el nombre de Jesús, amén.
Scripture
About this Plan
Qué bien nos sentimos cuando recibimos un regalo, ¿verdad? Nos fascina quitar la envoltura y con curiosidad mirar lo que hay adentro. La salvación es un regalo. No hicimos nada para merecerla, pero aun así somos recipientes de ella por el gran amor de nuestro Dios Creador y Padre Celestial.
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