El Regalo de la SalvaciónSample
Lo primero
Durante un círculo de oración en mi casa, hablábamos de la salvación. Decíamos que es el primer paso para nuestra vida dirigida por Jesucristo, pero que, así como un niño da sus primeros pasos, así nosotros como nuevos creyentes debemos ir creciendo en el hermoso camino de servirle al Señor.
La salvación es un regalo a nuestra disposición; está de nosotros hacerlo nuestro o no. Está disponible para todo el que lo quiera aceptar, viejo o joven, blanco, negro o de cualquier color de piel, nacionalidad y status social.
Al aceptar la salvación de Jesucristo, aceptamos que somos pecadores y necesitábamos ser salvados, y creemos que, por medio de Su sacrificio en la cruz, fuimos redimidos de las garras del pecado y de la muerte eterna. Todos tenemos un destino eterno, pero el que acepta a Jesucristo como Su Salvador y Señor de su vida, gozará de esa eternidad en Su presencia. ¡Qué maravilloso regalo!
Si ya has aceptado ese regalo, ¡te felicito! ¡Eres hijo y heredero de los tesoros del cielo y partícipe de las promesas del Señor en esta tierra! Es tu responsabilidad seguir creciendo en la fe buscando a diario la presencia del Señor para continuar por el camino hacia Su propósito para tu vida.
Y si aún no lo has aceptado, hoy hay una invitación para ti. No la dejes pasar.
Oración: Señor Jesús, te acepto como Señor y Salvador de mi vida. Gracias por rescatarme y redimirme del pecado por medio de Tu sacrificio en la cruz donde fue derramada Tu preciosa sangre por mí. Gracias porque resucitaste y estás a la derecha del Padre intercediendo por mí cada día. Te entrego mi vida. Guíame por el camino de Tu perfecta voluntad y que cada día mi vida sea una alabanza que suba con olor grato a Tu presencia. Sé que te veré al final de mis días y estaré Contigo para siempre. ¡Aleluya! En el nombre de Jesús que es sobre todo nombre, amén.
Scripture
About this Plan
Qué bien nos sentimos cuando recibimos un regalo, ¿verdad? Nos fascina quitar la envoltura y con curiosidad mirar lo que hay adentro. La salvación es un regalo. No hicimos nada para merecerla, pero aun así somos recipientes de ella por el gran amor de nuestro Dios Creador y Padre Celestial.
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