Espíritu SantoSample

Benignidad. Todos conocemos a alguien que es excepcional, esa persona buena que ayuda a los demás sin importar su condición, que es bueno con los desconocidos, amable en su trato y que se mira diferente al resto de las personas. La benignidad es uno de los más hermosos dones del Fruto del Espíritu Santo que somos llamados a dar día con día y que revisten nuestro ser de forma que brillamos delante del mundo. Una persona hija de Dios debe poder ser reconocida en su hogar, comunidad, trabajo e incluso en la calle. Siempre recordemos que en Gálatas 5:22-23 se nos dice que este fruto debe crecer en nuestra vida y la manera de cultivarlo es proponiéndonos darlo. El buen trato, la gentileza y el actuar con amor hacia los demás da ese brillo especial en los hijos de Dios. Lastimosamente hoy ser benigno es marcado como débil, loco o ignorante porque la sociedad, en su mayoría, busca la autosatisfacción, la autorrealización por lo que se ha vuelto egoísta centrada en el yo. Dejemos el yo y busquemos servir a los demás, recordemos lo que Jesús nos dijo en Mateo 20:28: "Como el Hijo del Hombre no vino para ser servido, sino para servir, y para dar su vida en rescate por muchos". Oremos: Padre Bueno, gracias porque a través de tu Palabra nos enseñas el buen camino que debemos transitar día con día. En el nombre de Jesús te pedimos que nos ayudes a dar el fruto de la benignidad todos los días de nuestra vida, que siempre tratemos de servir a quienes lo necesiten y así seamos testimonio a todos de ti, de tu amor y gracia para con los hombres. Enséñanos a vivir cada día honrando tu Santo Nombre siendo hacedores de tu Palabra y no solo oidores de ella. Amén.