Tres cosas que aprender de David y Salomón: Parte 1Sample
Se trata del corazón
¿Alguna vez has comprado casa o has buscado apartamento? Miraste todas las fotos en línea, leíste las reseñas y pasaste por los lugares, pero ahora es el momento de entrar y verlos por dentro. En muchas ocasiones, las imágenes no coinciden con lo que vemos en la vida real. El exterior de la casa o apartamento se veía hermoso, pero por dentro, huele a moho o la pintura está dañada. Este no es siempre el caso. Tal vez estés leyendo esto desde tu casa en este momento, y el lugar coincidía con las fotos o era todo lo que esperabas.
El profeta Samuel experimentó la diferencia entre el exterior y el interior. El pueblo de Israel había querido un rey propio y Dios se los estaba concediendo. Recibieron a Saúl, quien parecía más poderoso y alto que cualquier otra persona en el exterior, pero su corazón estaba lejos de Dios. Después de varias fallas y pecados, Dios decidió que los israelitas necesitaban un nuevo rey y le pidió a Samuel que fuera a ver a la familia de Isaí en Belén. Cuando llegó Samuel, vio a Eliab y pensó que seguramente este era el nuevo rey, pero Dios le dijo: «No». Dios ve lo que la gente no mira. Él se fija en el corazón.
Como seres humanos, no vemos lo que el Señor ve. Vemos lo que es visible, pero el Señor ve el corazón. Samuel presenta a cada hijo de Isaí ante el Señor, pero el Señor no escoge a ninguno de ellos. Cuando parecía que no quedaba nadie, Samuel preguntó si había alguien más e Isaí dijo: «Queda el más pequeño» (1 Samuel 16:11). El hijo menor, David, es llevado delante de Samuel y el Señor le dice a Samuel que lo unja, porque él es el indicado. La Biblia nos dice que el Espíritu del Señor vino poderosamente sobre David desde ese día en adelante.
Podemos aprender de David que Dios puede usar a cualquiera. Siempre suponemos que los más guapos, los más fuertes, los más sanos y los mayores serán los usados por Dios, pero Dios puede usar a cualquiera. Puedes pensar que te falta lo necesario para hacer grandes cosas para el Señor, pero no te falta nada. Tienes a Dios y Él proveerá lo que necesitas.
Necesitamos aprender que nuestra apariencia externa no necesita cambiar para ser usada por Dios. Más bien, necesitamos rendir nuestros corazones a Él. No hay manera de impresionar a Dios. En cambio, acércate a Él como un siervo humilde y di: «Dios, por favor, úsame». La Biblia nos dice que, aunque nuestro ser externo se está consumiendo, nuestro ser interior se está renovando día con día. No te preocupes por tu físico. Solo entrégale tu corazón a Él, totalmente.
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David fue un humilde pastor que Dios escogió para ser rey. Podemos aprender tres cosas acerca de Dios de la vida de David: Dios puede usar a cualquiera, Dios puede perdonar a cualquiera que se arrepienta de sus pecados y Dios es digno de ser adorado. A pesar de todo, David fue un hombre conforme al corazón de Dios.
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