JESÚS SALVANDO HASTA EL FINAL

Los criminales a ambos lados de Jesús actuaron de dos formas diferentes.

El primero se burló de Jesús.

Del segundo tenemos mucho que aprender: Tuvo respeto, reconoció su pecado, conocía lo que Jesús hacía y creyó que Jesús podía salvarle.

Creo que en estos dos criminales vemos reflejados a dos tipos de personas: aquellas que no creen que Jesús es Hijo de Dios, se burlan de Él y lo rechazan. Y también vemos a aquellas personas que creen en Jesús y piden su salvación.

El criminal, después de haber reconocido que estaba en la cruz como consecuencia de todas sus malas decisiones y de todas sus malas acciones, se dirige a Jesús con una petición sencilla.

”Acuérdate”: Este hombre se imaginó que entre todas las personas que Jesús tendría en la mente, solo podría dedicarle un pequeño recuerdo a él. Le pide que se acuerde, como si eso fuera suficiente.

”Cuando vengas”: no tenía expectativas de que eso fuera algo cercano. Esperaba que fuera cuando fuera que Jesús volviera, se acordase de él.

"En tu Reino": Estaba declarando que Jesús era el Rey, el Mesías que estaban esperando. Entendió que cuando Jesús volviera, volviera a establecer Su Reino.

La respuesta de Jesús es un gran contraste con la petición del ladrón. Jesús le prometió mucho más de lo que el ladrón podría siquiera imaginar.

Allí, en la cruz, en uno de los sitios más dolorosos, Jesús dio la respuesta más dulce que este hombre podría recibir, junto con la promesa más grande que cambiaría su vida.

”De cierto”: en contraste con la petición del ladrón, Jesús le asegura, le promete. Con firmeza, sin ninguna duda.

”Hoy”: Jesús no tiene que esperar a volver a la tierra para responder a la petición de este hombre. Es algo que pasaría instantáneamente. Mostrando que la salvación de Jesús no es algo que haya que ganarse, ni sea algo progresivo.

“En el paraíso”: lo que Jesús ofrece es más que un Reino físico. Él le ofrecía al hombre mucho más que la liberación de los romanos, mucho más que un reino físico de bienestar. Jesús le ofrecía el mismo paraíso.

El paraíso más que ser un lugar, es la presencia de Dios mismo. Es vivir eternamente a la luz de su Gloria, donde hay plenitud de gozo, delicias a su diestra para siempre.

El paraíso al que todos los que hemos creído en Jesús vamos es esta tierra restaurada, esta tierra con todo lo bueno en su máxima expresión y sin todo aquello que causa dolor, lágrimas y rotura.

El paraíso es disfrutar de la relación que tenemos con Dios eternamente. ¡Qué paraíso! De vuelta al Edén, de vuelta a la relación sin distancia, de vuelta a la perfección.

PASOS DE FE

• Dios salva hasta el final, nunca es demasiado tarde para Él.
• Mi salvación no depende de lo que haga en la tierra, sino de lo que Jesús hizo en la cruz.
• Al igual que el ladrón, la promesa es para mí, yo también tengo la promesa del paraíso.