Devocional Del Día | AbrilSample

Quitándole la gloria a Dios

Jueces 7:2-7

El Señor le dijo a Gedeón: «Traes tanta gente contigo que, si hago que los israelitas derroten a los madianitas, van a alardear ante mí creyendo que se han salvado ellos mismos. Por eso, dile a la gente que cualquiera que tenga miedo puede irse a su casa».

De este modo Gedeón los puso a prueba, y se fueron veintidós mil hombres, quedándose diez mil. Pero el Señor insistió: «Son muchos todavía. Llévalos a tomar agua, y allí yo los pondré a prueba y te diré quiénes irán contigo y quiénes no».

Gedeón llevó entonces a la gente a tomar agua, y el Señor le dijo: «Aparta a los que beban agua en sus manos, lamiéndola como perros, de aquellos que se arrodillen para beber».

Los que bebieron agua llevándosela de las manos a la boca y lamiéndola como perros fueron trescientos. Todos los demás se arrodillaron para beber. Entonces el Señor le dijo a Gedeón: «Con estos trescientos hombres voy a salvarlos a ustedes, y derrotaré a los madianitas. Todos los demás pueden irse».

Seguimos leyendo la historia de Gedeón, ahora el pueblo de Israel está a punto de una guerra, pero antes de ir, Dios le dice que hay muchos guerreros, van a pensar que han ganado por ellos mismos y no por mí. Dios estuvo descartando personas hasta que llegaron a trescientas, imagínate eso, trescientas personas para ir a la guerra, esto no era lógico, lo natural es, que mientras más armamento y más soldados tengan es mejor. Pero Dios lo que hace, es decir: No quiero que nadie se robe mi gloria, ustedes mismos no son los que van a tener la victoria, soy yo. ¡Imagínense, sus mismos enemigos pelearon entre sí!, y así Dios les dio la victoria.

En nuestra vida, tendremos la oportunidad de darle la gloria a Dios o tomarla para nosotros mismos, es mejor dársela a Dios, porque Él es el que nos da todo.

Medita: ¿Hay veces que le quitas la gloria a Dios?