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GOZO EN LA UNIDAD

¿Cómo expresamos gozo por la bondad de Dios? Siendo agradecidos con el Señor y compartiendo nuestro gozo con otras personas. Sin embargo, a veces nos irrita la pregunta: «¿Alguien más tiene un testimonio?». En tiempos como estos, a menudo se da un silencio incómodo. Miramos a nuestro alrededor y esperamos que otros tengan un testimonio que compartir o algo que decir.

Entonces, ¿qué está mal? Tal vez no sea la forma correcta; ¿Deberíamos organizarnos de otra manera? ¿Sería más fácil compartirlo durante una comida fraternal? ¿Es más fácil expresar gozo por los grandes actos de Dios? ¿O la razón se encuentra en la falta de costumbre para expresarnos en público y regocijarnos juntos en la bondad de Dios? La Biblia nos anima una y otra vez a recordar las grandes obras de Dios, a regocijarnos y a darle alabanza y gracias por ellas (Sal 103:2; Ef 5:20). Y no deberíamos hacerlo en silencio. ¡Deberíamos compartir la alegría, el gozo y los recuerdos entre nosotros!

Hoy en día, en nuestra «cultura de las noticias» se hace exactamente lo mismo. Tristemente la mayoría de las noticias son negativas, críticas y amenazantes. Esa es la «objetividad» esperada y exigida en los tiempos modernos. Sin embargo, esto no conduce al gozo compartido, sino al miedo, la desconfianza y, como consecuencia, a menudo también a la soledad.

De hecho, la felicidad que se comparte, trae un gozo doble. Cualquiera que lea el sermón que pronuncia Pedro en el día de Pentecostés (Hch 2:14-36), se da cuenta de que la narración de historias produce impacto en las personas. Las historias tienen la capacidad de expresar y dibujar un hilo conductor desde el pasado hasta el presente y esto transmite gran significado. Nos revelan una perspectiva del futuro y hacen posibles las transiciones en la historia. En el contexto de los Hechos de los Apóstoles, esto fue cierto inicialmente para unas tres mil personas; luego otras, paulatinamente, se fueron uniendo. Además, vemos a lo largo de la Biblia la gran importancia que se le da a la narración repetida y compartida de historias. La Santa Cena es particularmente ilustrativa de esta realidad. También, una comida compartida abre espacio para la narración de historias.

El compartir historias crea gozo. Y este gozo da perseverancia y valentía en cualquier situación para lograr ver el futuro con esperanza. Todo esto trae alegría. ¿Alguien tiene un testimonio después de todo lo expuesto?

PREGUNTAS PARA REFLEXIONAR

• ¿Cómo puedo contribuir más a menudo en contar historias que puedan «crear gozo» dentro de la comunidad?
• ¿Cómo puedo desarrollar más mi capacidad de contar historias a otros para crear más oportunidades de un gozo comunitario?
• ¿En qué puedo regocijarme ahora y con quién puedo compartirlo en este momento? MOTIVOS DE ORACIÓN
• Que Dios nos ayude a recordar lo que ha hecho por nosotros y cómo podemos compartirlo con los otros.
• Que podamos formar una cultura que tenga como centro primordial el compartir lo que es de gozo y aquello que es alentador.
• Por ideas y creativas para saber cómo podemos compartir, por regla general, lo que es hermoso, bueno, alegre y alentador.
• Que podamos tomar nota de las preguntas mencionadas arriba que invitan a la reflexión e implementarlas en nuestras vidas.

ORACIÓN SUGERIDA

Padre que estás en los cielos, dador de toda buena dádiva, eres nuestro gozo. Tú sabes con qué frecuencia nos enfocamos en lo negativo y dejamos que esto nos robe el gozo. Sin embargo, Jesús dice a sus discípulos y a nosotros: «Lo mismo les pasa a ustedes: Ahora están tristes, pero cuando vuelva a verlos se alegrarán, y nadie les va a quitar esa alegría. En aquel día ya no me preguntarán nada. Ciertamente les aseguro que mi Padre les dará todo lo que le pidan en mi nombre.» (Jn 16:22-23)Tú das alegría a tus discípulos y los llenas de tu Espíritu Santo. Haz que esto se haga visible en nuestras vidas. Amén.

Thomas Bucher