Grandes Héroes De La Fe - Juan El BautistaSample

Un predicador diferente.

“Mientras ellos se iban, comenzó Jesús a decir de Juan a la gente: ¿Qué salisteis a ver al desierto? ¿Una caña sacudida por el viento? ¿O qué salisteis a ver? ¿A un hombre cubierto de vestiduras delicadas? He aquí, los que llevan vestiduras delicadas, en las casas de los reyes están. Pero ¿qué salisteis a ver? ¿A un profeta? Sí, os digo, y más que profeta" (Mt. 11:7-9).

Varias cosas me encantan de Juan el Bautista como ejemplo a seguir; la primera, sin duda, es su clara identidad en Dios. Verás, a Juan no lo determinaba la moda, la clase social, el maquillaje espiritual, los títulos, el aparentar “verse bien”, en términos espirituales; sino quien era él en Dios.

Bastaba con verlo por unos minutos y escucharlo hablar, pero sobre todo predicar, para darse cuenta de que él no era un hombre común y corriente, todo en él enviaba un mensaje.

Lo interesante es ver que el mismo Jesús sabía esto, y por ningún lado, lo vemos intentando mover o meter a Juan en el “molde” religioso del momento. Jesús sabía que el Bautista era un hombre de convicciones muy bien definidas.

Cuando Jesús confrontó a Su audiencia con relación a la visual que ellos tenían del Bautista: “¿Qué saliste a ver? ¿A un profeta? Sí, os digo y más que profeta”. El Señor quería enfatizar que Su primo, era un hombre de un carácter por completo diferente al usual denominador religioso.

¡Y esto me parece fascinante! Descubrir, que aún con nuestra singularidad podemos marcar una diferencia y enviar un mensaje de redención para un sinnúmero de personas que, por alguna razón, no se han logrado identificar con la institución actual como religión, y que al igual que las multitudes de la época que salieron al desierto a escuchar a Juan el Bautista, desean conocer a Jesús y ser Sus discípulos. Y que Dios desea usarte a ti y a mí, para este ministerio, es algo que me cautiva por completo.

Lo anterior me permite presentar la tercera característica que considero debe tener un líder, siervo del Señor. En el Bautista, el Señor nos permite ver, que Él busca a hombres y mujeres para el liderazgo y Su Reino, que no tengan temor de parecer diferente. Hombres y mujeres que corran riesgos, den pasos de fe en espacios donde otros no han ido, o no se atreven a ir, para conquistar más terrenos para el Reino del Señor, hombres y mujeres que vayan un poco más lejos que los demás.

Este es uno de mis valores frente al ministerio; en cuanto a las escrituras el Señor me pide fidelidad, en cuanto a la expansión del Reino, innovación. Siempre estando atentos a la guía del Señor de ir más lejos. Como en el caso de Pablo, que fue movido por el Espíritu Santo para ir a Filipos, tras tener la visión del hombre macedonio, y así poder llegar a personas que no llegarían fácilmente a los pies de Cristo por los medios tradicionales. Claro, siempre estando al tanto de no poner en riesgo mi hogar, la pureza del ministerio y la sana doctrina (Hch.16:6-15).