Inmune Al Temor - Semana 4Sample

No tema; solamente crea

¡El Señor se mueve y actúa a nuestro favor cuando oramos y creemos!

“Respondiendo Jesús, les dijo: Tened fe en Dios. Porque de cierto os digo que cualquiera que dijere a este monte: Quítate y échate en el mar, y no dudare en su corazón, sino creyere que será hecho lo que dice, lo que diga le será hecho. Por tanto, os digo que todo lo que pidiereis orando, creed que lo recibiréis, y os vendrá” (Marcos 11:22-24).

¡Al Señor le complace hacer lo que pedimos cuando damos pasos de fe! La fe agrada a Dios y llama Su atención, y cuando nuestra atención está puesta en Él, la de Él está puesta en nosotros. Cuando buscamos complacerlo, Él busca complacernos y darnos lo que pedimos.

“Pero sin fe es imposible agradar a Dios; porque es necesario que el que se acerca a Dios crea que le hay, y que es galardonador de los que le buscan” (Hebreos 11:6).

¡Nuestra fe en Cristo nos identifica como parte del equipo ganador! ¡Él ha vencido al mundo para que todos aquellos que han sido ganados para el reino tengan, de la misma manera, victoria sobre el mundo! “Porque todo lo que es nacido de Dios vence al mundo; y esta es la victoria que ha vencido al mundo, nuestra fe” (1 Juan 5:4). Hebreos 11:1 dice: “Es, pues, la fe la certeza de lo que se espera, la convicción de lo que no se ve”.

El capítulo 5 de Mateo nos cuenta la historia de dos personas que actuaron en fe a pesar de las circunstancias devastadoras que estaban viviendo. Jairo acababa de rogarle al Señor que fuera a sanar a su hija, que estaba a punto de morir, cuando la mujer con flujo de sangre se acercó y tocó al Señor. La Biblia dice que ella creyó que si tan solo conseguía tocar el manto de Jesús, ¡sería sanada! ¡Una fe increíble! Jesús se detuvo inmediatamente y preguntó quién le había tocado. Cuando supo su historia, le dijo: “Tu fe te ha hecho salva…”. “Mientras él aún hablaba, vinieron de casa del principal de la sinagoga, diciendo: Tu hija ha muerto; ¿para qué molestas más al Maestro? Pero Jesús, luego que oyó lo que se decía, dijo al principal de la sinagoga: No temas, cree solamente” (Marcos 5:35-36).

En ese momento, Jairo tuvo que escoger entre creer al Señor o creer al mensajero que acababa de ser enviado por los testigos oculares que estaban con su hija. ¿Cuál de las palabras pesaría más? Jesús habló inmediatamente a Jairo: “No temas, cree solamente”. En esencia, lo que estaba diciendo era: “Sé lo que has visto, Jairo, y sé que acabas de recibir noticias del mensajero, pero necesito que mantengas los ojos puestos en mí. Necesito que confíes en mi palabra más que en cualquier otra palabra ahora mismo. No permitas que el reporte traiga dudas a tu mente, ¡porque voy a ir a tu casa! No he cambiado de opinión. No me influyen las noticias, y no es demasiado tarde. ¡Solo confía en mí!”.

“Guárdame, oh Dios, porque en ti he confiado” (Salmos 16:1).

Cuando escuchamos noticias que parecen imposibles de superar, no debemos depender de nuestro propio entendimiento. El poder de Dios desafía cualquier razonamiento humano, ¡y Él es capaz de hacer más de lo que podemos pedir, pensar o imaginar! “Fíate de Jehová de todo tu corazón, y no te apoyes en tu propia prudencia. Reconócelo en todos tus caminos, y él enderezará tus veredas” (Proverbios 3:5-6). Debemos seguir arraigados en esta fe, firmes y sin tambalearnos en nuestra esperanza en Cristo, ¡porque Aquel que ha hecho la promesa es fiel para cumplirla!