No Sé Si DeboSample
¿CONVIENE O PERJUDICA?
Pablo era un maestro de las palabras, por no hablar de que su pluma estaba inspirada por el Espíritu de Dios. Él no habla solo de si algo “nos conviene”, sino de si “conviene”, y esto nos lleva a un asunto complicadísimo en este siglo posmoderno: aceptar que no vivimos solos, sino que formamos parte de una comunidad a la que le afectan nuestras acciones y omisiones.
Esto no solo sucede en la iglesia, en que esa comunidad es, además, familia de Dios y un cuerpo con muchos miembros conjuntados que no pueden ir por libre (Romanos 12:5 y 1ª Corintios 12:12-27). Sucede a todos los niveles, porque lo que hacemos o dejamos de hacer, lo que sentimos y pensamos, afecta a cada persona alrededor. Seguimos siendo guardianes de nuestro hermano, mucho más allá de las fraternidades en la familia de la fe.
Dicho esto, la conveniencia o no de algo tiene, al menos, una doble derivada:
- sobre uno mismo
- y sobre los demás.
Por supuesto, no son las únicas, porque es principalmente delante de Dios que somos, vivimos y actuamos. Lo que hacemos marca el tono de la relación que podemos tener con Él en cada momento. A Dios no se le escapa nada, y frente a Él estamos en todo tiempo. David lo sabía muy bien: no podemos huir de Su presencia (Salmo 139:7), y cuando pecamos, es contra Él y solo contra Él que lo hacemos (Salmo 51:4), aunque salpique a otros. Hacemos lo que queremos, pero no lo conveniente. Por eso siempre somos responsables.
Los seres humanos, desde el Edén, no evaluamos respecto a nuestro diseño original, sopesando si agradará al Dios Creador. Desde nuestro hedonismo, inmediatismo y egocentrismo, eso resulta irrelevante y, además, ni siquiera se concibe que algo que nos proporciona placer pueda no convenirnos. “Si aquí y ahora me aporta, ¿para qué pensar en nada ni en nadie más?” –nos decimos. Esta es la forma más común de pensamiento hoy día, incluso para muchos que se llaman cristianos, pero no es la manera en la que se condujo Cristo (Filipenses 2:5-11).
Si entendemos la obediencia como algo que glorifica a Dios y que es “para que nos vaya bien”, comprenderemos mejor qué significa “conveniente”. Está alineado con amar a Dios sobre toda cosa, y al prójimo como a nosotros mismos. En eso se resumen los mandamientos, y nuestras buenas decisiones (¿sorprendentemente?) también.
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¿Tienes problemas para tomar decisiones? ¿Te cuesta elegir, en general, y especialmente porque quieres tomar un camino que esté alineado con la voluntad de Dios? En este plan devocional de 7 días vamos a explorar juntos algunas ideas prácticas que pueden ayudarte a tomar mejores decisiones que honren al Dios a quien servimos.
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