Carta De Dios Para Estos DíasSample

“Aferrados a Cristo”

Vivo en una ciudad donde las estaciones del año son bien marcadas. Se puede distinguir claramente si estamos en verano, invierno, otoño o primavera. Los inviernos son particularmente grises, mientras que los veranos tienen días largos y luminosos.

El primer capítulo de esta carta es como el invierno. Pareciera lo suficientemente sombrío para albergar la esperanza de que, el segundo capítulo, no podría ser sino el anuncio de tiempos mejores.

Sin embargo, no ocurre así. Después de las penalidades, aflicciones y sufrimientos del primer capítulo, Pablo sigue en la misma temática. Parece ser que la realidad alrededor es definitivamente oscura y humanamente sin esperanza.

Y es en este momento, desde la cárcel, donde vive sus últimos días antes de la ejecución, cuando entrega a su discípulo Timoteo la tarea de continuar. Contrario a todo lo que hoy vemos en los “influencers” y charlas motivacionales, Pablo lo hace desde, aparentemente, mayor de las derrotas y le dice a su fiel seguidor que para él no será distinto.

¡Cuánto tenemos que aprender! Debemos prepararnos para sufrir, a esforzarnos, “a pelear la batalla”. No debemos meternos en discusiones vanas, ya que ese no es el camino del Evangelio. En nuestro mundo contemporáneo la consigna es disfrutar todo lo que puedas, no tener que esperar mucho tiempo para obtener lo que quieres y llegar a ser una estrella de las redes sociales.

Sin embargo, Dios a través del mensaje a Timoteo, nos llama hoy en el siglo XXI, a contemplar todo lo que Jesucristo nos ofrece por medio de su gracia y por medio de la fe, tomar fuerza a partir de eso. No es menos lo que se nos ofrece: ¡la oportunidad de servir al Señor, seguir Su justicia, amar con Su amor, tener paz y llevarla al mundo!

Seguir al Señor es más que asistir los domingos a la iglesia y tener amigos cristianos. Es tomar una decisión consciente y firme, con la determinación de perseverar a pesar de que haya dificultades.

Es vivir de una manera que intencionalmente muestre al Señor y lo glorifique; esto te producirá problemas, puede significar no obtener la simpatía de los demás, e incluso es posible que seas rechazado y perseguido.

Aferrados a Cristo es la única forma de vivir tal forma de vida.