Lo que Pensaron de Ti

“Unos tres meses más tarde le contaron a Judá lo siguiente: — Tamar, tu nuera, se ha prostituido y, en una de sus andanzas, ha quedado embarazada. Entonces Judá ordenó: — ¡Que la saquen afuera y la quemen!" (Génesis 38:24 BLP).

A Judá le llevaron el “chisme” de que su nuera estaba embarazada y rápidamente dio la orden de que fuera sacada y quemada. Mientras sacaban a Tamar, ella con mucho valor, envió el siguiente mensaje a su suegro: “Estas cosas pertenecen al hombre que me dejó embarazada. A ver si reconoces de quién es este sello con su cordón y este bastón”. Judá reconoció las cosas y declaró: “Ella tiene razón y no yo, pues no le di por esposo a mi hijo Selá".

Tamar fue juzgada por un rumor que llegó a oídos de su suegro. “Se ha prostituido”, “en sus andanzas”, “está embarazada”. Lo que la gente no sabía era que Judá había fallado en darle a su hijo menor Selá, que ya era adulto, como esposo a Tamar según la tradición.

Lamentablemente, nosotras podemos pasar por experiencias similares. Somos juzgadas por situaciones donde no siempre se tienen todos los argumentos o el conocimiento necesario para emitir un juicio correcto. Comenzamos a ser señaladas por lo que pensaron y por lo que otros han dicho de nosotras. Lo más terrible es que muchas veces lo que dicen de nosotras son mentiras o verdades a medias.

Vemos que cuando era notorio el embarazo de Tamar, comenzaron a decir que ella era una prostituta y que ese era el resultado de sus andanzas. Así mismo sucede con nosotras; muchas veces somos señaladas por el resultado de algo que la gente no conoce cómo sucedió. Podemos ser recordadas por lo que otros dijeron. Somos citadas por lo que nunca expresamos.

Si algo puede darnos paz y tranquilidad es que, en algún momento, la verdad saldrá a la luz y expondrá la mentira. La gente juzgó a Tamar, pero la verdad salió a relucir. No tenemos control de lo que otras personas puedan decir o pensar de nosotras, sea cierto o falso. De lo que sí tenemos control, es de cómo vamos a reaccionar ante ello. Tamar conservó la calma ante las acusaciones que estaban realizando en su contra. Descansó en que la verdad la defendería. En nuestras vidas esa verdad se llama Jesús. Ten la confianza de que Él te defenderá. Lo que Él piensa de ti, va por encima de lo que otros puedan pensar o decir.

Entendiendo esto, procuremos no caer en lo mismo, señalar lo que no conocemos y dañar el testimonio de otras personas. Al fin y al cabo, es muy probable que nunca tengas todos los detalles para juzgar correctamente a nadie; y si es igual que tú, un hijo de Dios, tendrá a alguien que defenderá su causa.