La PromesaSample

La promesa en conjunto.

Luego de la llenura del Espíritu, viene la consecuencia que es el fruto de la influencia del Espíritu Santo. Corazones transformados, que hacen la voluntad del Padre, reflejan a Jesús y continúan la obra de ser testigos.

Recibir la promesa es una vivencia personal, pero de cumplimiento en conjunto. Somos parte de un gran plan de salvación y la vinculación con otros que han recibido al Espíritu Santo es indispensable. Ya que los dones que hay en cada uno son como piezas de un gran rompecabezas que encastran perfectamente.

Hechos 2:1 habla de unanimidad, fraternidad, armonía, amistad. Eso es estar unánimes. Por lo tanto, para que el Espíritu Santo trabaje con total fluidez, la iglesia debe vivir esa profunda relación de unidad. Y, en esta unidad, no es solo el don que se manifiesta en mí, o el milagro que ocurre cuando oramos, o la palabra de ciencia o profecía que salga de nuestros labios. El secreto para cumplir la Gran Comisión es que seamos uno, así como el Padre y el Hijo son uno. Los dones manifestados harán que la gente se acerque a ver que ocurre en esa comunidad dónde se manifiesta el Espíritu Santo. La manera en que nos amemos va a hacer que todos los que se acerquen quieran quedarse y ser parte.