La PromesaSample

La promesa individual

El comienzo de esta historia relata a Dios Soberano, enviando a Su Hijo para limpiar el pecado del mundo. Su Hijo, Jesús, viviendo de tal manera que el Padre se refleje en Él. Cuando Su entrega en la cruz es consumada, tiene que volver al Padre, pero no dejando huérfana a la humanidad sino dando al Espíritu Santo para compañía y poder. Así, Jesús sería reflejado en todo aquel que reciba al Espíritu Santo.

La promesa en hechos 1:8 era que recibiríamos poder cuando venga sobre nosotros, ¿qué tipo de poder?

El mayor poder es sentir la Manifestación del Espíritu Santo. Él se expresa en nuestra vida influyendo en nuestras decisiones para poder tener una evidencia de que está actuando en nuestro corazón, ese es el fruto.

Al aceptar a Jesús, por la fe, el Espíritu Santo entra a vivir en nuestro corazón, es como el semáforo que nos marca las decisiones a tomar. Cuando Él se expresa, nos motiva a tener una vida genuina, reflejo constante de Cristo en nosotros. Toda vida llena de ese poder, que a veces creemos inalcanzable, inevitablemente muestra a Jesús. Por eso, cuando hablamos de poder no solo son milagros, o experiencias físicas en las que creemos y experimentamos desde la niñez. Más poderoso es una vida cambiada, guiada, influenciada por el más maravilloso ser, el Espíritu Santo.