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La Biblia con Nicky y Pippa Gumbel 2022Sample

La Biblia con Nicky y Pippa Gumbel 2022

DAY 240 OF 365

Simplemente amor

La gobernadora de la prisión era una joven afroamericana que impresionaba mucho, dinámica y elocuente, conocida como la «jefa Jennifer». Nuestro equipo se reunió al principio de la visita con la gente que llevaba la prisión. La jefa Jennifer nos dio la bienvenida con estas palabras: «Saludos en el nombre de nuestro Señor y Salvador Jesucristo». Nos contó que había 2.5 millones de personas encarceladas en los EE.UU. y cada uno de ellos costaba al contribuyente americano 24 000 dólares al año. Solo el 3% de ellos permanecerían en prisión por el resto de su vida, mientras que el 97% de ellos serían reinsertados en algún momento en la sociedad. Por esa razón —continuó diciendo— había una buena motivación «civil» para querer ver cambios en sus vidas, además del propio deseo de ella como cristiana, de que los reclusos experimentaran la redención. La prisión no era dirigida solamente con *justicia*, sino también con *amor*. Todas las malas actitudes y acciones eran *confrontadas* con amor. No se hablaba con palabrotas, ni se hacían grafitis y tenían un comportamiento respetuoso que habían aprendido. Pasamos algo de tiempo con un grupo de hombres que habían terminado de hacer Alpha hacía poco allí, y escuchamos sus testimonios de vidas cambiadas. Dios es amor y también es justo. En su libro *Justice in Love (*Justicia con amor*)*, Nicholas Wolterstorff señala que la justicia es una parte constitutiva necesaria de toda concepción del amor que se haya formado adecuadamente.

Proverbios 21:5-16

1. La justicia y los pobres

Una sociedad sin justicia y sin imperio de la ley es un lugar aterrador donde vivir. El mal no tiene restricciones y en particular, los pobres sufren. En muchas sociedades por todo el mundo, vemos los terribles resultados de la falta de justicia.

Allá donde hay un estado de derecho bajo el imperio de la ley, se da un doble beneficio. Cuando se hace justicia «se alegra el justo» (v.15a), se desalienta y «tiembla el malhechor» (v.15b). Como dice The Message: «La buena gente celebra el triunfo de la justicia, pero para los trabajadores del mal, es un mal día» (v.15, MSG).

La justicia lleva a una sociedad donde la gente se siente protegida y segura, especialmente los pobres. Una de las razones por las que puede que nuestras oraciones no sean respondidas es que no hemos oído el clamor de los pobres: «Quien cierra sus oídos al clamor del pobre llorará también sin que nadie le responda» (v.13).

Señor, oro porque haya justicia en nuestro mundo. Oro por aquellos que están intentando traer la justicia a lugares del mundo donde la injusticia reina.

2 Corintios 1:23-2:11

2. La justicia y el perdón

Muchos de nosotros tendemos a evitar las confrontaciones. A mí me resultan difíciles; no es simplemente el miedo del rechazo o no ser popular, también es el miedo que tengo de hacer la situación peor echando leña al fuego de la ira y el resentimiento.

Otros parecen disfrutar la confrontación positivamente. Si estamos deseando la confrontación, si nos parece fácil enderezar a los demás, corregirlos y criticarlos, es posible que no estemos actuando desde el amor.

Pablo amaba a los corintios profundamente, y por eso no rehuyó la confrontación. Su amor lo llevó a confrontar, aunque le causara «gran tristeza», «angustia de corazón» y «muchas lágrimas» (2:4). «Les escribí con gran tristeza y angustia de corazón, y con muchas lágrimas, no para entristecerlos, sino para darles a conocer la profundidad del amor que les tengo» (v.4).

Confrontar a las personas con la verdad puede ser muy doloroso. La verdad, como la cirugía, puede doler, pero también sana. Las operaciones así deben practicarse con amor. No sabemos exactamente a quién o a qué se está refiriendo Pablo aquí. Puede que fuera el hombre que Pablo había denunciado en 1 Corintios 5:1–5 (que había estado viviendo con la esposa de su padre).

Pablo había insistido en que fuera expulsado de la iglesia. Pero ahora está diciendo que este hombre ha recibido suficiente castigo. Los urge a perdonarlo y reconfortarlo, reafirmando su amor por él (2 Corintios 2:7–8). Se ha hecho justicia y ahora es tiempo para la misericordia, la gracia y el perdón.

Pablo es muy pronto a perdonar: «A quien ustedes perdonen, yo también lo perdono. De hecho, si había algo que perdonar, lo he perdonado por consideración a ustedes en presencia de Cristo» (v.10). Cuando Pablo perdonó, olvidó (casi ni se acordaba ya de si había algo que perdonar).

Una vez un amigo le recordó a Clara Barton, fundadora de la Cruz Roja Americana, algo cruel que le había sucedido a ella hacía muchos años. Parecía que Clara no podía recordar el incidente.

El amigo le preguntaba insistentemente: «¿No recuerdas el mal que te hicieron?».

«No» —respondió Clara calmadamente— «lo que recuerdo perfectamente es haber olvidado eso».

El perdón es absolutamente vital para la iglesia cristiana. La falta del mismo es una de las maneras en las que el diablo puede entrar, pues abre la puerta a sus maquinaciones. El perdón le cierra la puerta: «para que Satanás no se aproveche de nosotros, pues no ignoramos sus artimañas» (v.11).

Señor, ayúdanos a identificar las artimañas del enemigo. Ayúdanos a ser prontos en perdonar y amarnos los unos a los otros, bloqueando a Satanás fuera de la iglesia.

2 Crónicas 31:2-33:20

3. La justicia y la confrontación

¡Dios mismo no teme la confrontación! En este pasaje vemos cómo, por Su amor, Dios confrontó a alguien que en esencia era un buen líder que se volvió orgulloso, y a un líder malvado quien pudo arrepentirse.

Es un alivio leer sobre un buen rey, Ezequías, que restauró el Templo. Lideró con su ejemplo, contribuyendo con sus propias posesiones (31:3). El pueblo respondió generosamente (v.5) y el Señor los bendijo dejándoles abundante comida de sobra (v.10).

«Eso mismo hizo Ezequías en todo Judá, actuando con bondad, rectitud y fidelidad ante el Señor su Dios. Todo lo que emprendió para el servicio del templo de Dios, lo hizo de todo corazón, de acuerdo con la ley y el mandamiento de buscar a Dios, y tuvo éxito» (vv.20–21). Dio toda una «muestra de fidelidad» (32:1).

Nada de esto le evitó a Ezequías recibir ataques. Pero cuando el ataque vino de Senaquerib, Ezequías inspiró al pueblo: «¡Cobren ánimo y ármense de valor! No se asusten ni se acobarden […] nosotros contamos con alguien que es más poderoso. Él se apoya en la fuerza humana, mientras que nosotros contamos con el Señor nuestro Dios, quien nos brinda su ayuda y pelea nuestras batallas. Al oír las palabras de Ezequías, rey de Judá, el pueblo se tranquilizó» (32:7–8).

A veces, experimentamos problemas en nuestra propia vida que parecen desbordarnos. Los cristianos en el Reino Unido, por ejemplo, parecen ser una pequeñísima minoría que tiene enfrente un vasto ejército de secularismo y hostilidad hacia Dios. Pero la buena noticia es que hay un poder mayor con nosotros, y que con ellos solo está «la fuerza humana»; con nosotros está el Señor, nuestro Dios «quien nos brinda su ayuda y pelea nuestras batallas» (v.8).

Siempre existe el peligro de que el éxito lleve al orgullo. La gente mira el ejemplo de los líderes; de hecho, se supone que debemos honrar a los líderes. Pero los líderes tienen que ser conscientes de que ese honor tiene la palabra «peligro» escrito sobre él. Si el orgullo se apodera de ti, arrepiéntete rápidamente y humíllate.

Tan pronto como Ezequías triunfó, la arrogancia entró en él. Menos mal que cuando Dios lo confrontó «se arrepintió de su orgullo» (v.26) y Dios lo bendijo de nuevo con riquezas y con honores (v.27). Tuvo éxito en todo lo que emprendió (v.30).

Entonces, misteriosamente «Dios se retiró de Ezequías para probarlo y descubrir todo lo que había en su corazón» (v.31). Era la noche oscura del alma.

No te desanimes si hay veces en las que no sientes la presencia de Dios. A veces, Dios calla y se hace imperceptible. Continúa siendo fiel cuando Dios pruebe tu corazón. Ezequías tenía un buen corazón, su vida estaba llena de actos de entrega (v.32) y cuando murió recibió honores (v.33).

La vida de su hijo parece ser lo totalmente opuestao a la suya. Manasés empezó hacienda maldades a los ojos del Señor (33:2). De hecho, es difícil pensar en alguien que haya hecho más mal que Manasés «Sacrificó en el fuego a sus hijos […] practicó la magia, la hechicería y la adivinación, y consultó a nigromantes y a espiritistas. Hizo continuamente lo que ofende al Señor, provocando así su ira» (v.6).

Pero nadie está más allá de toda redención. No importa cuán bajo hayas caído; si como Manasés nos arrepentimos y volvemos a Dios, podemos recibir el perdón.

Dios confrontó a Manasés: «Estando en tal aflicción, imploró al Señor, Dios de sus antepasados, y se humilló profundamente ante él. Oró al Señor, y él escuchó sus súplicas y le permitió regresar a Jerusalén y volver a reinar» (v.12-13a).

Esta es una de las razones por las que me encanta visitar prisiones. Nadie está más allá de la redención. Jesús lo ha hecho posible por medio de su muerte en la cruz donde, en palabras de John Eddison, «El amor y la justicia se unen, la verdad y la misericordia se encuentran».

Señor, gracias porque en la cruz podemos ver Tu amor y Tu justicia juntos. Gracias porque tienes misericordia de mí. Ayúdame a mostrar Tu amor y traer Tu justicia al mundo, en el nombre de Jesús.

Pippa Adds

Proverbios 21:9

«Más vale habitar en un rincón de la azotea que compartir el techo con mujer pendenciera»

… ¡o también un esposo pendenciero!

References

Nueva Versión Inernacional (NVI) Copyright © 1999 by Biblica, Inc

About this Plan

La Biblia con Nicky y Pippa Gumbel 2022

¿Abrumado por la idea de leer la Biblia? Dedique un tiempo cada día a escuchar a Nicky y Pippa Gumbel mientras le explican toda la Biblia en 365 días. Cada día, se explora un tema diferente a través de una selección de escrituras tomadas del libro de Salmos o Proverbios, así como del Nuevo y Antiguo Testamento. Nicky y Pippa brindan comentarios sobre estos extractos para brindar información y aplicación práctica.

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