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La Biblia con Nicky y Pippa Gumbel 2022Sample

La Biblia con Nicky y Pippa Gumbel 2022

DAY 197 OF 365

La asombrosa respuesta de Dios

«A veces caemos en la trampa de pensar que somos las peores personas en la faz de la tierra y que nadie comete tantos errores como nosotros. Pero Romanos 3:23 nos dice que *todos* hemos pecado y estamos privados de la gloria (excelencia) de Dios. Todo hombre, mujer o niño que haya nacido, o incluso que vaya a nacer, tiene un problema con el pecado. Pero —escribe Joyce Meyer—, la buena noticia es que Dios nos ha dado una *respuesta a nuestro dilema*». Cuando san Agustín encontró la respuesta en el año 386, «una fortísima luz inundó \[su\] corazón». Lutero encontró la respuesta y unos años más tarde comenzó la Reforma de 1517. Cuando Wesley entendió la respuesta en 1738, su corazón estaba «extrañamente ardiente» y las semillas de un avivamiento dieron inicio. En cada uno de estos caso, sus vidas fueron radicalmente cambiadas al entender «*la justicia de Dios*». En el momento en que alguien llega a entender esta expresión, su vida cambia. ¡La mía cambió sin duda!

Salmos 85:8-13

1. La respuesta de Dios nos da Su paz

«Crecí en un ambiente de conflictos» —escribe Joyce Meyer— «y eso fue todo lo que conocí. Tuve que aprender por completo una nueva forma de vivir. Ahora soy adicta a la paz. Tan pronto como mi paz desaparece, me pregunto cómo la perdí y comienzo a buscar la manera de recuperarla».

Dios ha prometido «paz» (v.8) a Su pueblo. Esto no necesariamente significa una paz externa. Las presiones, las dificultades, las pruebas, las batallas y las ocupaciones no pueden desaparecer. Pero en todo esto, Dios ha prometido darte Su paz. Esta paz viene de escuchar lo que «Dios el Señor dice» (v.8).

La paz está estrechamente relacionada con la justicia. El salmista dice: «Se besarán la paz y la justicia» (v.10b). De la misma manera que el amor y la verdad van juntos (v.10a), así también lo hacen la justicia y la paz. La paz viene de vivir en una relación correcta con Dios (Romanos 5:1).

Dios, te agradezco el haber hecho posible que camine en una relación correcta contigo y que disfrute de la paz que trae.

Romanos 3:9-31

2. La respuesta de Dios es un regalo que recibimos

Deseamos la paz, deseamos estar en una relación correcta con Dios y con otras personas; pero, ¿cómo recibimos esta «justicia de parte de Dios»?

Pablo continúa argumentando que nadie es justo por sí mismo. En palabras de The Message «No hay nadie que viva bien, ni siquiera uno» (v.10b, MSG). «Todos se han ido por mal camino; todos por igual se han pervertido» (v.12, DHH). La justicia es el camino hacia la paz, pero la realidad es que «no conocen la senda de la paz» (v.17).

Pablo concluye su argumentación: «Y es bastante claro, ¿cierto?, que somos pecadores, cada uno de nosotros estamos en el mismo bote que se hunde con todos los demás?» (v.20, MSG). Las dos pequeñas palabras que siguen son de gran importancia: «Pero ahora...» (v.21).

Habiendo planteado el problema, Pablo pasa ahora a describir la asombrosa respuesta de Dios: «la justicia de Dios» (v.21). Esta justicia de parte de Dios no puede lograrse a través de la ley porque nadie —aparte de Jesús— ha guardado toda la ley. El Antiguo Testamento (la Ley y los Profetas) testifica acerca de esto y apunta hacia la respuesta de Dios (v.21).

«Esta justicia de Dios llega, mediante la fe en Jesucristo, a todos los que creen» (v.22). Esta justicia de Dios no se puede ganar. Es un don o regalo puro que recibimos «mediante la fe en Jesucristo». Es un don para «todos los que creen» (v.22).

Pablo entonces usa tres imágenes para describir lo que ha conseguido la muerte de Jesús en la cruz. Cada una es como la cara de un diamante y cada imagen está entrelazada con las otras:

  • Se ha pagado la pena del pecado

Justificación es una expresión usada en el tribunal de justicia. Somos «justificados gratuitamente por su gracia» (v.24, RVA-2015). Dios es un juez justo, no podía ignorar nuestra culpa.

Él vino en la persona de Su hijo Jesucristo para morir por ti y por mí: «Para así demostrar su justicia. Anteriormente, en su paciencia, Dios había pasado por alto los pecados; pero en el tiempo presente ha ofrecido a Jesucristo para manifestar su justicia. De este modo Dios es justo y, a la vez, el que justifica a los que tienen fe en Jesús» (vv.25-26). Él mismo pagó la pena.

Eres justificado «gratuitamente por su gracia» (v.24). Gracia significa amor inmerecido. ¡Es gratis! No hay ningún mérito de nuestra parte, no puedes ganártelo, es un regalo. Por lo tanto, no hay lugar para jactarse (vv.27-31).

Jesús pagó la pena por cada una de nuestras acciones, palabras y pensamientos erróneos a través de su muerte en la cruz. En el momento en que ponemos nuestra fe en Jesús, somos justificados. No tienes nada que temer, la pena ha sido pagada, recibes el don o regalo de la justicia de Dios.

  • Se ha roto el poder del pecado

La segunda imagen que Pablo usa proviene del mercado: «Mediante la redención que Cristo Jesús efectuó» (v.24).

La deuda también era un problema en el mundo antiguo. Si alguien tenía deudas serias, era obligado a venderse a sí mismo como esclavo con el fin de pagarlas.

Supongamos que una persona se ofrecía en el mercado como esclavo; alguien podría tener piedad de ella y pagar la cantidad que debía, y luego dejarla ir libremente. Al hacerlo, estaría tanto «redimiendo» como pagando un «precio de rescate».

De la misma manera para nosotros, «la redención [vino por] Cristo Jesús» (v.24). Tus pecados son como una deuda en tu contra. Jesús —por su muerte en la cruz— pagó el precio del rescate (Marcos 10:45). De esta manera, eres libre para tener una relación con Dios; tu relación se restaura y recibes la justicia de Dios.

  • Se ha eliminado la contaminación del pecado

La tercera imagen de Pablo en este pasaje viene del templo. «Dios lo ofreció como un sacrificio de expiación que se recibe por la fe en su sangre» (Romanos 3:25).

En el Antiguo Testamento, se establecieron leyes muy detalladas sobre cómo debía tratarse el pecado. Había un sistema de sacrificio completo que demostraba la seriedad del pecado y la necesidad de purificarse de él, ya que el pecado se traspasaba del pecador al animal, el cual era sacrificado.

Pero «es imposible que la sangre de los toros y de los machos cabríos quite los pecados» (Hebreos 10:4). El viejo sistema sacrificial era solo una «sombra» (Hebreos 10:1) de lo que vendría. La expiación real vendría con el sacrificio de Jesús. Solo la sangre de Cristo, el sacrificio de expiación «ofrecido una vez y para siempre» (Hebreos 10:10), puede lavar tu pecado y eliminar su contaminación. Por eso Jesús fue el sacrificio perfecto, pues solamente él vivió una vida perfecta. A través de su sangre recibes la asombrosa respuesta de Dios: la justicia de Dios.

Señor, ¿cómo puedo darte las gracias por el don de «la justicia de Dios» por la fe en Jesús? Gracias porque por Tu justicia y a través de la sangre de Jesús, puedo recibir paz, perdón, libertad y purificación.

Amós 3:1-4:13

3. La respuesta de Dios nos desafía a vivir bien

Pablo nos dice que la asombrosa respuesta de Dios: «la justicia de Dios» es algo sobre lo cual «dan testimonio la ley y los profetas» (Romanos 3:21). Amós es uno de esos profetas.

Cuando Amós pasó a pronunciar la palabra del Señor contra Israel, vemos el deseo de justicia de Dios en el cual todos los pecados del pueblo son castigados. El Señor afirmó: «Solo a ustedes los he escogido entre todas las familias de la tierra. Por tanto, les haré pagar

todas sus perversidades» (Amós 3:2).

El pueblo está condenado en lo que sería casi un tribunal de derecho: «Oigan esto y testifiquen contra el pueblo de Jacob —afirma el Señor omnipotente, el Dios Todopoderoso —» (v.13).

Es como si Dios llamara testigos para prestar declaración contra Su propio pueblo: «Ustedes, mujeres, que oprimen al pobre y aplastan al necesitado y que les gritan siempre a sus esposos: “¡Tráigannos otra bebida!”». (4:1, NTV). Ellas son condenadas por su superficialidad, su indulgencia egocéntrica y su trato hacia los pobres y los necesitados.

Una y otra vez, Dios le habla a Su pueblo en un intento de traerlo de vuelta: «En verdad, nada hace el Señor omnipotente sin antes revelar sus designios a sus siervos los profetas» (3:7). «No obstante» —declara— «no se volvieron a mí» (4:6,8-11).

Al entender este antecedente del Antiguo Testamento, nos resulta más asombroso aquello que el apóstol Pablo escribe: «Esta justicia de Dios llega, mediante la fe en Jesucristo, a todos los que creen» (Romanos 3:22). Sorprendentemente, Jesús ha pagado la pena por ti; eres justo ante los ojos de Dios, hoy puedes acercarte a Él con confianza. Habla con Dios como a un Padre amoroso y recibe Su profunda paz en tu corazón.

Señor, te agradecemos porque Tu deseo es que siempre volvamos a Ti y andemos en una relación correcta contigo. Gracias por haber hecho esto posible a través de Jesús.

Pippa Adds

Amós 4:9

«Castigué sus campos con plagas y sequía; la langosta devoró sus huertos y viñedos, sus higueras y olivares. Con todo, ustedes no se volvieron a mí —afirma el Señor—».

En el jardín de nuestra vicaría las rosas tienen moho, las ardillas han desenterrado los bulbos y la maleza se está apoderando de todo el jardín. ¡Necesito arrepentirme más o trabajar más duro en el jardín!

References

Nueva Versión Inernacional (NVI) Copyright © 1999 by Biblica, Inc

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La Biblia con Nicky y Pippa Gumbel 2022

¿Abrumado por la idea de leer la Biblia? Dedique un tiempo cada día a escuchar a Nicky y Pippa Gumbel mientras le explican toda la Biblia en 365 días. Cada día, se explora un tema diferente a través de una selección de escrituras tomadas del libro de Salmos o Proverbios, así como del Nuevo y Antiguo Testamento. Nicky y Pippa brindan comentarios sobre estos extractos para brindar información y aplicación práctica.

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